Chihuahua quiere ser la tierra prometida para el vino mexicano.

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Los productores de vino de Chihuahua buscan destacar entre el resto de los estados productores del país.

CHIHUAHUA. Con una industria naciente, herencia de inmigrantes italianos, las bodegas del estado orientan sus esfuerzos en obtener la mejor calidad, que ya los ha llevado a ganar algunas competencias internacionales. En Chihuahua hay 370 hectáreas de viñedos, que representan 5.2% de las 7,000 en el país. Hans Backoff, quien preside el Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV), estima que en el estado el número de hectáreas pueden aumentar de forma sustancial. Según datos del Sistema Producto Vid de Chihuahua, entre 2017 y 2021 crecieron 25%. Y la previsión es que para el año que viene aumente hasta las 408.9.

El presidente de los productores de vinos del país considera que Chihuahua tiene a favor que presenta menos problemas hídricos frente a otras regiones. “En el Valle de Guadalupe tienen cerca de 200 milímetros de agua que caen de lluvia al año. Aquí tienen 400. Además, cuentan con un acuífero sumamente grande del que pudieran estar extrayendo mayor cantidad de agua”, dice en entrevista con Expansión.

El plan para que Chihuahua se ubique como el mayor productor de vinos en México ya está en marcha. Jorge Luis Ornelas, quien preside el Sistema Producto Vid de Chihuahua, comenta que una de las claves para dar el impulso a la industria en el estado está relacionada con la reconversión de cultivos, es decir, que agricultores que se dedican a la producción de manzana y nogal se muden a la uva para vino. 

Ornelas señala que el Clúster Vitivinícola de Chihuahua cuenta con una veintena de empresarios interesados en instalar sus bodegas en la región. De ellos, 14 son productores locales, que tienen la intención de mudar sus terrenos de siembra de la manzana o el nogal a la vid. A estos se suman seis más, de otros estados, y la esperanza es que lleguen por lo menos dos productores internacionales.

«Existen empresarios que quieren venir a invertir aquí. Muchos de ellos nos dicen que quieren cambiar por el tema hídrico y esto es una parte muy importante para impulsar ese cambio, porque a diferencia de lo que ya se siembra aquí, la industria vitivinícola lleva como plus su cultura”, puntualiza.

Algunas de las ventajas para la reconversión de los cultivos es que las producciones de manzana y nogal son parecidas a la de uva en tiempo y procesos. Además, a esto se añade el interés del gobierno actual para que se utilice menos agua en las actividades agrícolas y mudar a un modelo que tenga un menor impacto ambiental. De acuerdo con un estudio realizado por la Fundación Chile, Chihuahua cuenta con cinco zonas aptas para producción de diferentes variedades de vid, tanto tinta como blancas, entre las que se encuentran el merlot, malbec y cabernet sauvignon, lo que permite que en la zona se elabore cualquier tipo de vino.

Los dueños de las bodegas también son optimistas sobre el desarrollo de la industria en la entidad. Gilberto Pinoncely, propietario Bodegas Pinesque, cuenta que fue en 2012 cuando los productores locales se sumaron al Sistema Producto Vid, después de que algunos de los vinos producidos de forma artesanal ganaron medallas en el concurso Tierra de Vinos, que se hizo en Ensenada en 2010.

En la actualidad, el Clúster Vitivinícola de Chihuahua, que trabaja de la mano con el sistema, suma a 29 productores locales, y se espera que vayan en aumento conforme se dé impulso a la reconversión de cultivos. “Durante 15 años hicimos vino con los pies y sin vender una sola botella, pero eso nos llevó a tener experiencia y empezó a crecer. Ahora tenemos un gran potencial y estamos creciendo en la producción a un ritmo más acelerado que todas las regiones”, dice Pinoncely.

El aumento de la producción de uva ha sido notable y al cierre de 2020 se contaron 1,118.5 toneladas de uva, 22% más frente a las 917 toneladas de 2017. De la producción total, el 44.1% se envía a Coahuila, Querétaro y Aguascalientes. Manuel Alderete, vicepresidente del Sistema Producto Vid Chihuahua, proyecta que el próximo año esta cifra aumentará, dado que sumarán 40 hectáreas para llegar a casi 109 hectáreas de viñedos. Mientras la industria busca crecer, los vinos chihuahuenses ganan presencia. Las etiquetas Pecus 2016, Ikká 2016 y Pasado Meridiano Gran Reserva 2015, ganaron una medalla de oro y dos de plata, respectivamente, en el Concurso Mundial de Bruselas del año pasado.

La nueva ruta del vino

Chihuahua va más allá de la producción de vino. El estado desarrolla un proyecto para establecer rutas vitivinícolas para impulsar el turismo, como ya ocurre en el Valle de Guadalupe, en Baja California, en Coahuila y Querétaro. Alderete y Pinoncely comentan que trabajan para delimitar las rutas y sumar algunas otras actividades, como la visita a productores de queso, que es otro de los productos más representativos de la entidad.

Ornelas proyecta que las rutas estén definidas y listas para recibir a los turistas en el verano de 2022, mientras trabajan en obtener los permisos que requieren para llevar a cabo esta actividad, aunque algunas ya tienen sus puertas abiertas al público. Los productores estiman que, una vez que estas actividades arranquen en el estado, la derrama económica turística se duplicará al pasar de los 7,880 millones de pesos a 15,720 millones al año siguiente.

“El gobierno está tratando de captar a la industria vitivinícola como la razón por la cual quedarte en Chihuahua una o dos noches más y, entonces, hacemos esta mancuerna para impulsar el enoturismo”, afirma Ornelas.

FUENTE: MARA ECHEVERRÍA. EXPANSIÓN.