LAS DIFERENCIAS ENTRE ABEJAS Y AVISPAS

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Las picaduras de abeja y de avispa pueden llegar a ser muy dolorosas. Y, gustos extraños a parte, a nadie le gusta recibir una. De hecho, la apifobia es un trastorno caracterizado por el miedo irracional excesivo a las abejas, avispas y abejorros.

Del latín apis (abeja) y phobos (miedo), la apifobia o melisofobia es un trastorno de ansiedad que cursa con medio extremo, malestar y estrés ante la exposición cercana a alguno de estos insectos. Y aunque su picadura no sea peligrosa (a no ser que se tenga alergia), muchas personas en el mundo tienen fobia a las abejas y a las avispas.

Ahora bien, ¿es lo mismo una abeja que una avispa? Por supuesto que no. Son insectos totalmente diferentes que, pese a que puedan compartir algunas propiedades, tienen unas características físicas, sociales, ecológicas, alimenticias y reproductivas totalmente diferentes.

Y en el artículo de hoy, para que la próxima vez que un amigo tuyo diga que le ha picado una abeja puedas ir de listo y decir “no, eso era una avispa”, te traemos no solo una descripción precisa de ambas especies, sino una selección de sus diferencias más importantes en forma de puntos clave. Vamos allá.

Las abejas: ¿qué son?

Las abejas, también conocidas como antófilos, son un clado de insectos himenópteros dentro de la superfamilia Apoidea. No tienen una ubicación taxonómica bien definida, pero hay más de 20.000 especies de este clado, que en biología es la agrupación de un antepasado común y de todos sus descendientes evolutivos en el linaje.

Las abejas evolucionaron a partir de himenópteros aculeados, aquellos insectos en los que el ovipositor (un órgano usado por las hembras para poner huevos) se transformó en un órgano para picar a través de un aguijón e inyectar veneno, conformando así una poderosa protección contra la depredación. Es por este motivo que solo las hembras de abejas (y de avispas) pueden picar.

La abeja doméstica (Apis mellifera) es la especie de antófilo más reconocida y esta en concreto es una especie de insecto social que vive formando enjambres con una clara diferenciación en tres clases: reina, obreras y zánganos. De todos modos, la mayoría de especies de abeja son solitarias y algunas otras son semisociales, en el sentido que no forman enjambres pero sí colonias, como los abejorros.

Como hemos dicho, hay más de 20.000 especies descritas, pero se cree que podía haber muchas más, Se encuentran en todos los continentes del mundo (excepto en la Antártida) y son esenciales en los ciclos biológicos al ser imprescindibles para la polinización. Las abejas se alimentan de polen y néctar y, gracias a ello, permiten la dispersión y propagación de las plantas.

Las avispas: ¿qué son?

Las avispas son insectos que pertenecen a la familia Vespidae. También se describen como todos aquellos himenópteros que no son clasificados ni como abejas ni como hormigas. Al igual que las abejas que hemos visto, las avispas proceden de la evolución de los himenópteros aculeados que desarrollaron un aguijón para inyectar veneno.

Existen unas 5.000 especies identificadas y aunque muchas especies se alimentan de polen, otras muchas son depredadoras y se alimentan de insectos. Esto es favorable cuando los insectos de los que se alimentan son plagas, pero en contadas ocasiones esto es perjudicial si cazan a insectos que consideramos como beneficiosos.

Las avispas son insectos sociales que viven en nidos hechos de barro en el suelo o en las ramas de los árboles, aunque algunas especies del género Vespa tienden a hacerlos en huecos de árboles e incluso de paredes de edificios.

Las avispas tienen mala fama en comparación con las abejas, pero lo cierto es que a pesar de que no sean polinizadores tan importantes, son unos organismos importantísimos para el control de plagas y de parásitos que pueden dañar los cultivos y la naturaleza en sí.

¿En qué se diferencian las abejas de las avispas?

Pertenecen a familias distintas: Taxonómicamente, las abejas y las avispas son organismos muy distintos. Ambos pertenecen al orden de los himenópteros, pero las familias son diferentes. Mientras que las abejas pertenecen a la superfamilia Apoidea, las avispas son de la familia Vespidae.

Hay avispas depredadoras; pero no abejas depredadoras: No hay ninguna especie de abeja depredadora que se alimente de otros insectos, pues todas se alimentan de polen y néctar. En las avispas, en cambio, si bien hay especies que también se alimentan de polen, hay muchas especies depredadoras que cazan a otros insectos (incluso a las abejas) y que los devoran para así obtener materia y energía para desarrollarse.

Las abejas son polinizadoras; las avispas, controladoras de plagas: En relación con el anterior punto, es evidente que el papel ecológico de abejas y avispas es muy diferente. Las abejas son famosas por ser esenciales para la polinización, al transportar el polen cuando se alimentan de él. Las avispas tienen peor fama, pero siguen siendo muy importantes como controladoras de plagas, al cazar y alimentarse de parásitos o insectos perjudiciales que pueden poner en peligro cultivos.

El veneno de las abejas es ácido; el de las avispas, básico: La composición del veneno inyectado a través del aguijón es distinta entre abejas y avispas. Las proteínas y enzimas presentes en el veneno de las abejas hacen que sea un medio ácido. Las que se encuentran en el veneno de las avispas hacen que este sea un compuesto alcalino, es decir, básico.

Las avispas pueden picar varias veces; las abejas, no: Una diferencia muy importante. Las avispas tienen un aguijón perfectamente liso, por lo que pueden colocarlo y sacarlo varias veces sin problemas. De ahí que pueden picar varias veces seguidas. Las abejas, en cambio, sólo pueden hacerlo una vez, porque su forma de sierra hace que, después de clavarlo, no puedan sacarlo.

Las picaduras de las avispas suelen ser más dolorosas y de efecto más duradero: El dolor es algo bastante subjetivo, aunque las escalas de dolor de Schmidt demuestran que, de forma general, el grado de dolor y la duración del efecto de la picadura es mayor en avispas que en abejas. Mientras que la mayoría de abejas provocan un dolor de grado 1 que dura unos 2 minutos, las avispas provocan un dolor de grado 2 que dura unos 5 minutos. La avispa guerrera tiene la picadura más dolorosa: grado 4 y duración de más de 60 minutos.

Tienen colores distintos: A simple vista, puede parecer que los colores de abejas y avispas son iguales. Pero no es así. Mientras que las abejas tienen un color amarillo casi anaranjado, las avispas son amarillas y negras, con franjas de un color amarillo brillante que, en la naturaleza, indica agresividad.

Las abejas son robustas y peludas; las avispas, delgadas y sin pelo: Su forma también es diferente. Mientras que las abejas son más robustas y tienen una especie de “pelos” alrededor de su cuerpo, las avispas son más delgadas (con su tradicional cintura) y no tienen estos pelos, sino que su superficie corporal es brillante.

Las abejas mueren después de picar; las avispas no: Como hemos dicho, las avispas pueden extraer sin problemas el aguijón después de picar, mientras que las abejas no pueden hacerlo debido a su forma de sierra. Por ello, cuando se desprenden del aguijón, parte de sus “órganos internos” se pierden, por lo que terminan muriendo. Las avispas nunca mueren después de picar.

Su reproducción puede ser distinta: En las abejas, hay una única encargada de poner huevos: la reina. Y esto es así siempre. Las avispas también pueden tener esta forma de reproducción, pero algunas especies solitarias no pueden seguir este patrón. Por ello, en algunas especies de avispas, todas las hembras pueden poner huevos. Esto no pasa nunca en las abejas. En la comunidad, solo hay una hembra que puede concebir.

Las avispas hibernan; las abejas, no: Una diferencia muy interesante y poco conocida. Al final del verano, las avispas obreras regresan al nido y suelen morir a causa del descenso de las temperaturas. La avispa reina, en cambio, se queda en el nido e hiberna hasta la llegada de la primavera para así crear una nueva colonia. Las abejas no muestran este comportamiento. No hay hibernación en las abejas, sino que siguen activas (afortunadamente por su importancia en la polinización) durante todo el año.

Las abejas sociales viven en enjambres; las avispas sociales, en nidos: La visión que nosotros tenemos de las abejas formando enjambres no se aplica a las avispas. Ni siquiera las sociales hacen enjambres. Estas, en cambio, hacen nidos de barro en el suelo o en las ramas de los árboles, del mismo modo que algunas especies viven en las grietas del tronco de los árboles e incluso en las de los edificios. Evidentemente, la miel solo se obtiene de las abejas.

Hay más especies de abejas que de avispas: Como hemos visto, mientras que de especies de abejas hay conocidas más de 20.000, el número de especies de avispas ronda los 5.000. En este sentido, la diversidad de abejas es cuatro veces mayor que la de las avispas. Queda claro, después de ver todas estas diferencias, que abejas y avispas son animales totalmente diferentes que, cada uno a su manera, son esenciales para el equilibrio de los ecosistemas de la Tierra.


Referencia: https://medicoplus.com/ciencia/diferencias-abeja-avispa