IMPORTANCIA DEL MANEJO ADECUADO DE TOROS

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Por: Ángel Ríos Utrera, Juan P. Zárate Martínez, Jorge V. Rosete Fernández, Francisco T. Barradas Piña.

INIFAP / Agro Región

El manejo adecuado de los toros es fundamental para lograr épocas de empadre o programas de apareamiento exitosos. Con el fin de tener un hato rentable, cada ganadero debería asegurarse que todos los componentes de su hato estén funcionando eficientemente. Uno de estos componentes lo constituyen los toros, por lo que el ganadero debería comprobar que estos son completamente aptos para reproducirse durante la época de empadre o en el momento del apareamiento. La desatención de los toros puede resultar en pérdidas económicas significativas.

Los toros se pueden clasificar en fértiles, sub-fértiles e infértiles. Los toros sub-fértiles tardan más tiempo en preñar a las vacas que los toros fértiles. Esto significa que sus crías nacen al final de la época de partos, por lo que son más jóvenes y menos pesadas al destete. Además, los toros sub-fértiles producen menos crías durante una época de empadre limitada, lo que resulta en la venta de menos kilogramos de becerro destetado (Figura 1).

La nutrición es vital para que los toros tengan la energía y habilidad suficiente para servir a las vacas. La dieta debe estar balanceada para cubrir los requerimientos de los toros con base en su edad, condición corporal y época de empadre proyectada. En el caso de toros que van a participar en un empadre, su alimentación se puede dividir en tres periodos: 1. Pre-empadre (60 a 90 días). El toro debería ganar entre 0.907 y 1.134 kg; 2. Empadre (60 a 90 días). El toro puede perder entre 45.4 y 90.7 kg;  3. Post-empadre (120 a 240 días). Recuperación y mantenimiento de la condición corporal.

La evaluación del toro se debe realizar anualmente, por lo menos 65 a 75 días antes de la época de empadre (pre-empadre), con el fin de contar con tiempo suficiente para reemplazar cualquier toro no apto para la reproducción (infértil) y/o dar tratamiento y posteriormente reevaluar cualquier toro sub-fértil. Durante el empadre es importante observar a los toros para verificar que estos están montando e inseminando a las vacas. Se debe tomar en cuenta que los toros pueden sufrir lesiones en prepucio, patas y piernas, así como heridas y quebraduras en el pene. Por lo tanto, es importante contar con un plan de emergencia cuando un toro ya no es capaz de servir a las vacas.

La vacunación de los toros contra enfermedades reproductivas (rinotraqueitis infecciosa bovina, diarrea viral bovina, leptospirosis) es de suma importancia, ya que estos pueden transmitir al hato el agente causal (virus o bacteria) a través del semen, causando aborto en vacas y vaquillas. Además, en los toros se puede presentar inflamación del prepucio (postitis), del pene (balanitis) o de ambos (balanopostitis), por lo que se trata de enfermedades bovinas estrechamente vinculadas con la infertilidad. En centros de inseminación artificial se han realizado aislamientos del virus de la rinotraqueitis infecciosa bovina en toros clínicamente sanos. En los estados de Tabasco, Veracruz y Puebla, se han encontrado considerables frecuencias de anticuerpos contra los virus de la rinotraqueitis infecciosa bovina y diarrea viral bovina en toros (Cuadro 1), así como en otros estados de la República Mexicana, lo que indica que estas enfermedades se presentan en los ranchos, aunque pasen desapercibidas para los ganaderos.

La condición corporal, particularmente antes del apareamiento, debe ser la adecuada, tomando en cuenta las condiciones del rancho y el estatus agronómico de los pastos donde se realizan los apareamientos. Se recomienda que los toros tengan una condición corporal entre 5 y 6 unidades en el momento del empadre. En los toros viejos es importante checar la boca, los dientes y la condición general, porque los toros con mal estado nutricional generalmente presentan baja fertilidad. Por su parte, los toros jóvenes deben ser vigilados constantemente porque estos presentan pérdida de la condición corporal más rápidamente, por lo que pueden requerir suplementación alimenticia cuando su actividad reproductiva es intensa. Una forma fácil y práctica para determinar el número de vacas por toro se basa en la edad del toro en meses (hasta 40). Por ejemplo:

  1. Toro de 15 meses. Puede cubrir hasta 15 hembras.
  2. Toro de 2 años. Puede cubrir de 25 a 27 hembras.
  3. Toro de 3 a 5 años de edad. Puede cubrir de 35 a 39 hembras.

El ejercicio adecuado mantiene a los toros saludables y fuertes. Es necesario que un toro sea capaz de ver, tomar agua, comer, oler y desplazarse en el potrero para poder aparearse exitosamente con las hembras. La anatomía y la salud del tracto reproductivo deben ser evaluadas tan periódicamente como sea posible, empezando con la examinación del epidídimo, testículos y cordón espermático. Si estos están normales, se procede a medir la circunferencia escrotal con una cinta métrica. A continuación,  se muestra (Cuadro 2) la circunferencia escrotal mínima para todas las razas, basada en la edad del macho. La circunferencia escrotal está correlacionada con la producción diaria de semen y, consecuentemente, con la capacidad de servicio de un toro; es decir, con el número de hembras que puede servir en un tiempo limitado.

Posteriormente, se deben palpar las glándulas accesorias (ampollas de los conductos deferentes, vesículas seminales, próstata y glándulas bulbouretrales o de Cowper) para determinar su normalidad. Si las glándulas accesorias están normales, se debe estimular al toro con un electro-eyaculador, lo cual debe resultar en erección, desenvainado del pene y eyaculación. Adicionalmente, la parte interna del prepucio y el pene deben ser revisados para identificar cualquier anormalidad física, como laceraciones, tumores, nudos pilosos, verrugas, pene desviado, difalia (doble pene) y frenillo persistente, las cuales pueden interferir en la cópula.

La motilidad espermática asegura que un toro está produciendo un número suficiente de espermatozoides móviles. Los toros deben tener por lo menos 30% de motilidad espermática para participar en un programa de reproducción. Por su parte, la morfología espermática asegura que el toro está produciendo espermatozoides con una estructura y forma apropiada, capaces de fertilizar al óvulo. Los toros deben producir por lo menos 70% de espermatozoides normales.

Referencia: Edición Número 114 Revista Agro Región