“El baño se hace cuando se ven parásitos externos, llámense piojos, garrapatas o moscas, que es el tema álgido en este momento en nuestro medio”
Guerrero describió cuál es el proceso que se debe seguir para bañar a los animales, que se basa primordialmente en seguir las instrucciones del producto. “Se prepara la solución de acuerdo a la etiqueta, usando un volumen de al menos 5 litros por animal si es con bomba de espalda. Lo importante es saber cuánto es lo que debe aplicarse por bovino”, indicó. El experto puntualizó que se deben seguir al pie de la letra las buenas prácticas en el suministro de medicamentos. Estas van desde la protección adecuada del operario hasta la forma de rociar el producto en zonas que calificó como “críticas”. También insistió en que se debe bañar únicamente a la población afectada por los ectoparásitos, pues todos los bovinos son infectados. Apenas un 20 % concentran la gran mayoría de insectos parasitarios.
Otras recomendaciones del experto fueron: procurar que la sustancia quede a contrapelo, respetar los tiempos de retiro, sobre todo en ganado de leche, y no bañar en días lluviosos porque se puede perder el producto.
Métodos
Años atrás, los ganaderos apelaban a los baños de inmersión, en los cuales se llenaban tanques de concreto con agua y en ellos se diluía el producto. Luego se sumergían los bovinos con el fin de impregnarlos por completo. De acuerdo con el médico veterinario Ernesto González Cely, esta técnica se ha dejado de lado por el elevado costo, el exagerado gasto de agua y las implicaciones ecológicas de desechar el líquido.
“Ahora hay métodos a base de fumigadoras, a través de combustibles, o el pour on, que consiste en aplicar el producto en el dorso, que es el más inocuo y quizá el más usado”, precisó.
González Cely aclaró que los baños pour on se utilizan entre el cuello y la cavidad torácica, pasando por el lomo sobre la piel. Cada recipiente viene con una medida que determina la cantidad de producto a aplicar de acuerdo al peso del animal. “Son métodos que evitan los residuos en leche. A la entrada del corral o de la sala de ordeño, ponen una cinta a bajo nivel impregnada con el insecticida y aceites para que se pegue a la piel. Cada vez que entra al ordeño, sirve como repelente”, añadió el médico veterinario. Otro método consiste en verter el producto en aceite de cocina, que se puede usar en una relación de 20 litros de aceite por 5 de sustancia. Luego se aplica al ganado en el dorso a contrapelo, al igual que la cinta. Guerrero contó que hay fincas que cuentan con salas de lavado que limpian al semoviente por completo gracias a chorros de presión.
