Desarrollo personal a través del caballo Y del método Feldenkrais

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Por Susana Vargas y Alejandro Valladares

La relación con los caballos y la equitación en particular, son experiencia muy positivas e importantes en el desarrollo individual de los niños; en especial beneficia aquellos que son inseguros, tímidos, que les cuesta mucho permanecer atentos y seguir indicaciones, o que su autoestima esta baja.

Cuando se asiste a la práctica de una clase o terapia, los alumnos adquieren confianza en sí mismos y aprenden a compenetrarse con los caballos, además de fomentar la intuición y respeto tanto a personas como animales.

Muchos padres nos preguntan cómo es esto, y es que, al realizar ejercicios de conducción, manejo y percepción del cuerpo del caballo, el jinete debe de efectuarlos con decisión y convicción ya que solo así lograra que su caballo los haga correctamente. Por consiguiente, al hacerlo, ha alcanzado tener confianza en sí mismo y hablo de la confianza que está más relacionada con saber exactamente lo que queremos, con tener la decisión de conseguirlo, y con la expresión de ese concepto; porque al caballo no se le puede engañar, él siente, intuye y observa todo el lenguaje corporal, y esto solo se da si existe en nosotros mismos.

Nosotros en especial utilizamos el método “Feldenkrais” para este tipo de casos, porque ayuda a que las personas aprendan a utilizar su cuerpo de forma diferente a como lo hacían antes, mediante movimientos inusuales, viviendo la experiencia de cómo con ello logran que su caballo les obedezca, les dé respeto y confianza ya que la relación jinete/caballo tiene su raíz en dichos conceptos.

Cada caballo tiene una personalidad diferente, y que la relación solo funciona si se adaptan a estas cualidades. Lo mismo que con las personas que les rodean no son todas iguales y debes conducirte de manera diferente a cada una de ellas.

Además, a medida que se va avanzando dentro de sus clases, se dan cuenta que requieren de paciencia, autocontrol, y sobre todo consiguen la capacidad de concentración; cosa que actualmente muchos de los niños carecen por estar rodeado de tanto estimulo. A lo largo de su aprendizaje y con la repetición de dichos ejercicios, se enseñan a ser perseverantes, a superar los obstáculos, los que los hace más seguros y los ayuda a enfrentar con optimismo sus propios obstáculos de diario vivir.

El montar con esta técnica, agudiza los sentidos, favorece el lenguaje en todos sentidos y aprenden a conocer los limites tanto de los caballos como los propios, pudiendo con esto establecer metas tanto físicas como de superación personal.

Como verán ustedes realmente es enriquecedor poder brindar una experiencia de este tipo a nuestros hijos, y estos son solo algunos ejemplos de todo lo que se puede conseguir ya que los beneficios de trabajar con los caballos son muchos.