LA CARNE DE OVINOS Y CAPRINOS, UNA ALTERNATIVA PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA, AFIRMAN PRODUCTORES

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La producción de carne ovina y caprina es un nicho que puede fortalecerse, ampliarse y así ayudar en la producción de proteína animal de gran calidad y a la seguridad alimentaria, si se consideran y continúan los programas de capacitación para su producción, sobre todo en estos tiempos de pandemia, por el incremento de la pobreza y el desempleo, señalaron productores. Durante el webinar Produciendo Proteína Animal en tiempos de COVID-19: problemáticas, estrategias y necesidades futuras en México: ovinos y caprinos, organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), los productores coincidieron en señalar que se deben buscar opciones para retomar programas exitosos para ese sector, sobre todo en zonas de marginalidad u otras que quieran integrarse. Los ovinos y caprinos son especialmente valiosos en los países en desarrollo debido a su capacidad para utilizar un pasto escaso y a su tolerancia a las condiciones climáticas desfavorables. Las ovejas y cabras se mantienen a menudo en entornos marginales con escaso pastoreo y en condiciones climáticas desfavorables. Son los infaltables animales lecheros de los pobres debido a los bajos costos de inversión de capital y producción requeridos, a la rápida rotación generacional de los animales y, por ende, a la pronta producción de leche en comparación con el ganado mayor.

Héctor Mario Andrade, productor de carne caprina, señaló que el pequeño productor tiene poco acceso a hipermercados y a mercados con gran distribución y globalizados, aunque su capacidad de producción no lo permite. Las cabras tienen un mayor rendimiento lechero que las ovejas; las mal llamadas “vacas de los pobres” son la principal fuente de leche y carne para muchos agricultores de subsistencia de las regiones tropicales, por ello abundan en zonas áridas y semiáridas y generalmente se mantienen en pequeños rebaños. La leche de cabra se produce ampliamente en África y el caribe, generalmente para autoconsumo, indicó. Por ello, dijo, si se desea estimular la producción caprina, se debe priorizar al productor y la organización con la enseñanza de mejores prácticas productivas, impulsando el mercado regional y local, y estimular la producción local regional. Andrade consideró que el desarrollo de la caprinocultura, también puede fortalecerse con la promoción del turismo agroecológico con apoyo a productores en pequeñas rutas, lo que incluso favorecería el desarrollo de mercaditos artesanales libres.

Su corto periodo de gestación y el suministro de leche en cantidades adecuadas para consumo inmediato de hogares pobres, hacen de la actividad una muy importante en los estratos de producción y agricultura familiar de bajos recursos, en casi todos los países del mundo. Pues generalmente son las mujeres quienes se ocupan más que los hombres de la producción de pequeños rumiantes. Sebastián Javier Lara Pastor, Presidente de la COFUPRO, consideró que la producción de carne ovina debe considerarse en el corto plazo como prioritaria por el aspecto socioeconómico que representa en el contexto de la población rural de México, ya que según datos oficiales, la producción de carne de ovino se realiza en más de 400,000 unidades de producción. De ahí que el rol de la autoridad federal deberá ser el normar los criterios de estímulo y fomento a la producción de esta especie en los temas de crecimiento del rebaño, mejoramiento genético, asistencia técnica y desarrollo de productos con valor agregado generando la asociatividad de productores, consideró.

Señaló que a partir de la declaración de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia COVID-19 en el mes de marzo y las restricciones de movilización, cierre de lugares públicos, confinamiento de la población, la demanda de carne de ovino sufrió una caída de más del 70% en volumen y de un 30-40% de los precios a la baja. Planteó la posibilidad de impulsar la producción de quesos de leche de oveja, una actividad reciente con aproximadamente 20 años de haberse iniciado principalmente en la zona centro del país, en la zona del bajío. Actualmente están reconocidas más de 20 diferentes empresas de quesos de oveja con una población estimada de 8 mil borregas en producción de razas especializadas. Consideró que el rol de la autoridad federal deberá ser el normar los criterios de estímulo y fomento a la producción de esta especie en los temas de crecimiento del rebaño, mejoramiento genético asistencia técnica y desarrollo de productos con valor agregado, generando la asociatividad de los productores.

 

Fuente: https://www.iica.int/es/prensa/noticias/la-carne-de-ovinos-y-caprinos-una-alternativa-para-la-seguridad-alimentaria-afirman