“Dependemos cada vez más, de cada vez menos especies” JQ Valiente
Por Elisabeth Casanova García y Dr. Jorge Quiroz Valiente
El género Persea es de origen africano, y debido a la masa continental que unía con el norte de América llegó a la América del Norte tropical. Persea schiedeana, un pariente cercano del aguacate (Persea americana), es el fruto conocido en Tabasco como chinÍn; y se consume principalmente en Chiapas, Oaxaca, Puebla, Tabasco y Veracruz. Estos árboles pueden alcanzar los 25 m de altura y se localizan desde casi el nivel del mar hasta poco más de 2,000 m de altitud.
El fruto es atractivo como producto fresco. En México se consume untando su pulpa en tortillas de maíz y en Guatemala agregando la pulpa a la sopa de frijoles negros. También es una comida popular en Honduras y El Salvador. Los árboles de chinin se utilizan para sombra en plantaciones de café en Veracruz, Puebla y Oaxaca.
Si bien hay miles de plantas comestibles en el planeta, los seres humanos dependemos cada vez más de cada vez menos especies, lo que en última instancia tiene efectos negativos sobre la salud humana y la sostenibilidad de los sistemas de producción agrícolas. Se debe conservar la diversidad de especies de plantas que consumimos y de variedades dentro de estas especies para mantener la agrodiversidad. No existen huertos comerciales de chinin en México y Centroamérica; pero la fruta recolectada en la selva o los huertos familiares se puede encontrar en los mercados regionales entre junio y septiembre.
Muchas especies con un potencial considerable para contribuir a la seguridad alimentaria están «subutilizadas», pues son componentes importantes de dietas locales y regionales. Se consume localmente en áreas específicas desde México hasta Colombia de la misma forma en que se consume el aguacate. El chinin es una fruta climatérica (es decir, que sigue madurando aún después de cosechado) con una vida poscosecha de solo 3-5 días. Así, procesar la pulpa de fruta podría ser una opción para extender su uso y ponerla a disposición de los consumidores, también su potencial de aceite ha sido demostrado en algunos estudios y podría ser un producto interesanete para los consumidores.
La gran variabilidad encontrada en la composición de ácidos grasos dentro de los árboles de esta especie, indica que a través de un procedimiento de selección podría ser posible obtener genotipos productores de aceites con altos valores de ácido oleico, que tiene efectos positivos sobre el valor nutricional. Sus atractivos son que tiene un contenido de aceite muy alto, muy superior al de las variedades de aguacate que crecen en las mismas altitudes; 24.7% -36% en P. schiedeana frente a 4% -7% en aguacates antillanos Los frutos de Persea schiedeana se diferencian de los de Persea americana por tener pulpa de color blanquecina, grisácea o amarillo muy claro, su tamaño es mayor y de forma alargada al igual que la semilla.
La mayoría de las investigaciones sobre esta especie se centran en su uso potencial como patrón para injertar el aguacate debido a algunas pruebas de que tiene tolerancia a la putrefacción de la raíz por Phytophthora, la enfermedad más importante del aguacate a nivel mundial. Sin embargo, se reconoce cada vez más que el chinín tiene un valor como fruta comestible por derecho propio, con oportunidades para aumentar la producción para estimular las economías locales mediante la venta de fruta fresca a nivel local y regional y/o para su uso en la producción de aceite de cocina tanto para uso local como para el mercado, también tiene el potencial de contribuir a la seguridad alimentaria y las economías agrícolas locales en los trópicos, mediante la introducción de genotipos superiores. Ya existen algunos protocolos para su propagación in vitro.
Gastronómicamente, el chinín es un tesoro que asocia la sutileza de su sabor y la maravilla de su textura, que se funde al llegar al paladar. Es el complemento perfecto de un buen puchero y la mejor mantequilla vegetal que se le puede untar a una tortilla gruesa.
