Promueve Colpos variedad de maíz con mayor rendimiento y resistente al carbón de la espiga

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  • Debido a la estabilidad genética de las líneas utilizadas en su formación, se puede sembrar por cinco o seis años y ofrece la posibilidad de diseminarse de agricultor a agricultor.


Investigadores del Colegio de Posgraduados (Colpos) desarrollaron —después de tres ciclos de mejoramiento de la población de maíz blanco— la variedad CP-VERO1, que cuenta con las características de mayor rendimiento de grano, buena resistencia al carbón de la espiga, planta baja y precocidad.

Esta nueva variedad de maíz, registrada ante el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), presenta buen rendimiento de grano, con resistencia genética a la enfermedad del carbón de la espiga y de madurez intermedia (110 días a floración).

Además, es estable en rendimiento, presenta bajo costo (una tercera parte del valor de híbridos comerciales), porte bajo (1.7-1.8 m) y amplia adaptación al Altiplano mexicano, con relación de altura de planta y mazorca de 0.5 e intervalo de floración masculina-femenina cercano a 1 (que permite una polinización eficiente), que la hace resistente a la sequía.

Otra cualidad que ofrece esta variedad es que, debido a la estabilidad genética de las líneas utilizadas en su formación, se puede sembrar por cinco o seis años sin necesidad de comprar semilla nueva y ofrece la posibilidad de diseminarse de agricultor a agricultor.

Esta semilla se probó por dos años en Toluca, Estado de México, a dos mil 600 metros sobre el nivel del mar (msnm), y en el Valle del Mezquital, Hidalgo, a mil 800 msnm, en donde se obtuvieron rendimientos semejantes a los híbridos comerciales y validando la resistencia al carbón de la espiga.

Estos ensayos agronómicos permitieron evaluar su rango de adaptación, su rendimiento, medir sus características fenotípicas y otras necesarias que solicita el SNICS para el registro de una nueva variedad.

La selección recurrente de poblaciones en plantas alógamas (que tienen los dos sexos en la misma) es un método poco empleado en México, pero del cual se obtienen variedades que compiten con los híbridos ya que, en el proceso de mejoramiento, a través de ciclos de selección, se pueden obtener nuevas variedades sintéticas que van a sustituir a las generadas con anterioridad.

Estos trabajos representan el compromiso de los investigadores del Colpos para resolver problemas que aquejan a los productores mexicanos, ya que históricamente el maíz se ha sembrado de manera amplia en el Altiplano de México, obteniendo rendimientos razonables.

En la actualidad, los productores están empleando híbridos comerciales en este cultivo, que son de alto costo y susceptibles a la enfermedad conocida como carbón de la espiga, causada por el hongo Sporisorium reilianum, de amplia distribución en esta zona del país.

Desde 1950, el carbón de la espiga es una enfermedad que se ha diseminado en el país, principalmente en el Bajío y la ciénega de Chapala, debido a que las esporas del hongo causal se han propagado por el viento, el hombre y la maquinaria agrícola.

También, el mal manejo que se le ha dado a las plantas enfermas ha favorecido el incremento del inóculo en el suelo. Las esporas del hongo pueden sobrevivir en el suelo que, al germinar, infecta a las plantas de maíz de forma sistemática sin que se observen síntomas de la enfermedad hasta que la planta llega a producir la espiga que muestra síntomas y el jilote queda convertido en una masa de polvo negro, disminuyendo la producción de grano del maíz.

En este contexto, el especialista y profesor investigador adjunto del Postgrado de Fitosanidad-Fitopatología del Colpos, Carlos de León, inició actividades en el desarrollo de germoplasma de maíz de buenas características agronómicas y resistencia genética a esta enfermedad.

Ha llevado a cabo un programa de mejoramiento de una población de grano blanco y otra de grano amarillo utilizando facilidades que se le proporcionan en el ejido Cinta Larga de Mixquiahuala, Hidalgo.

Los trabajos de mejoramiento se desarrollan siguiendo un programa de selección S1 recurrente que se inició con la colecta de variedades criollas e híbridos utilizados en el Altiplano. Estos materiales se sembraron en lotes aislados y, después de dos ciclos de recombinación, fueron la fuente de las dos poblaciones de amplia base genética, con endosperma blanco.