Los Principales Cuidados de Bucerros en lecherías.

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Los bucerros tienen gran importancia dentro de los sistemas de crianza bufalinos, pues de ellos depende la continuidad del sistema y la producción futura. El mal cuidado de estos en su primera etapa de vida implica altas tasas de mortalidad y retraso en su crecimiento, trayendo consigo afectaciones en la rentabilidad de la actividad, ya sea producción de leche y carne o producción de carne. En establecimientos de producción de carne, en que toda leche es destinada a los bucerros, los principales cuidados están dirigidos a la desparasitación y las vacunaciones planificadas según su ciclo. En estos sistemas los bucerros se desarrollan con buenos resultados, manteniendo ganancias de peso superiores a los 850 g/día. Sin embargo, en lecherías donde el ordeño es rutina diaria del productor, el cuidado debe ser mayor.

Los primeros cuidados de los bucerros se inician , generalmente, 90 días antes del parto de las búfalas, las que deben permanecer en áreas con buenas condiciones alimentarias, donde sean capaces de incorporar las reservas corporales necesarias para l a futura lactación. Este periodo involucra el óptimo desarrollo de las glándulas mamarias y la producción de calostro en volumen y calidad adecuada para el consumo del recién nacido. En el último mes de gestación, las búfalas deberán ser conducidas a cuartones cercanas a la instalación, el que debe de estar limpio y provisto de agua y alimentos de buena calidad y sombra, para facilitar la observación de la gestante, durante el parto y nacimiento de la cría. Posterior al nacimiento, el bucerro debe permanecer con sus madres entre 5 y 10 días y garantizar que durante las primeras 24 horas haga un consumo de cerca del 10 % de su peso vivo en calostro; en este tiempo el sistema digestivo del bucerro manifiesta la mayor capacidad de absorción de anticuerpos maternales. El calostro constituye el alimento propio del recién nacido, presenta altas concentraciones de vitaminas A, D y E, factores de crecimiento que estimulan la síntesis de proteína (testosterona) y su empleo en animales de más edad se hace ineficiente, ya que les provoca trastornos digestivos ( diarreas). De lo anterior se deriva la importancia de no violentar las exigencias del manejo al acelerar el ordeño de las búfalas, pues está demostrado que los anticuerpos trasmitidos a través del calostro, protegen al bucerro durante seis semanas; en est e periodo, al entrar en contacto con el medio se estimula gradualmente su sistema inmune. La cura del ombligo constituye uno de los primeros cuidados a tener después del nacimiento, ya que se evita que penetre al organismo agente s infecciosos que afectan su desarrollo y pueden comprometer la vida del recién nacido, esta se realiza con una solución desinfectante que pudiera ser alcohol yodado al 10 %, dos veces al día, hasta que seque.

Posterior a los 10 días, los bucerros pasan al ordeño junto con su madre, donde se deja que consuman un cuarto de la ubre más la leche residual. Si el desarrollo del bucerro se ve comprometido con la producción de leche, es factible emplear búfalas nodrizas, de forma tal, que no se afecte el desarrollo ponderal del bucerro y la producción de leche. En este sentido, muchas búfalas admiten la toma de leche por bucerros que no sean sus hijos y de no ser así, es posible amarrar las patas, hasta que los más flacos y desnutridos mamen toda la leche y se nutran. Se deben calcular entre 3 y 4 bucerros por nodriza, según la producción de leche de cada búfala, estas permanecen en el mismo rebaño de las búfalas en lactación y a la hora del ordeño se separan del lote de las demás para alimentar a los bucerros. Esta práctica permite mantener el aumento de la producción de leche de las altas productoras y destinar la leche de las de menor potencial a mantener el desarrollo del bucerro y no comprometer el reemplazo. Los bucerros inician el consumo de alimentos sólidos entre los 15 y 30 días de nacido, en otras palabras, a partir de esta fe cha se desarrolla la capacidad de consumir pastos, forrajes y piensos preparados (concentrados balanceados). Este tipo de alimentación debe de llevarse hast a el destete, donde posteriormente tendrá una alimentación a base de pastos y sales minerales hasta que alcance el peso adecuado, bien sea para matadero o para reproductor, al igual que las hembras que serán el pie de cría para la explotación.

 

 

Publicado el: 19/1/2018

Autor/es: José Raúl López Álvarez.

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