El Poni

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Casi cualquier niño ha soñado alguna vez con recibir un esponjoso poni de regalo de cumpleaños, un animal de aspecto fortachón y regordete, que suele ser ágil, fuerte, sociable y muy dócil. El poni es un caballo con cualidades muy especiales. Aunque no supera los 150 cm y tiene un peso aproximado de 100 kg, es utilizado en diversos deportes y actividades de paseo, doma y salto. El pelaje de un poni es muy espeso y su contextura se debe a la cantidad de huesos que posee. A pesar de su pequeño tamaño, se trata de un caballo muy resistente, que puede andar hasta sobrepasar los 50 Km/h. Con frecuencia se describe como el cuadrúpedo ideal para compartir con ancianos, niños y discapacitados. El poni goza de un perfil recto, y sus orejas tienen forma triangular, en vez de estar orientadas hacia adentro como en el caso de otros caballos. Entre las razas más puras aún se hallan elementos primitivos como rayas en el lomo y las patas, hocico harinoso y suaves melenas abundantes.

Antecedentes del Poni

La palabra “poni” proviene del vocablo francés “poulenet”, diminutivo de “poulain”, que se traduce como “potro”. Asimismo, del latín medieval “pullamen”, que quiere decir “animal joven”. Estos términos ya no son utilizados. Muchas investigaciones acerca de los ponis indican que en el pasado estos animales alcanzaban un tamaño similar a los actuales. No obstante, su domesticación y la intervención humana permitió que la especie mejorara y lograra nuevas alturas. Hoy en día existen alrededor de 55 razas distintas de ponis, cuyas características de sus antepasados continúan muy marcadas. Algunas razas pertenecen a Europa Occidental, siendo la de menor tamaño la Shetland, que puede medir hasta 106 cm. Otras razas de la misma región son Asturcones, Monchinos, ponis gallegos y Forest. Se estima que la raza con mayor antigüedad sea la Exmoor. Estos pequeños animales conservan el hocico blanco y harinoso y fueron usados por los pobladores de Gran Bretaña poco antes de la ocupación romana del archipiélago. Su tarea principal era arrastrar carretas en terrenos de gran complejidad.

PROCESO DE REPRODUCCIÓN DEL PONI

Los machos de poni, tras cumplir los dos años de edad, son capaces de tener a su cuidado a una cría. Sin embargo, cuando son criados en cautiverio, la espera suele ser de unos tres o cuatro años antes de propiciar su reproducción. Esto se debe que a algunos ejemplares masculinos no les descienden los testículos al escroto hasta haber alcanzado esa edad. Frecuentemente es la yegua y no el semental quien determina el tamaño que tendrán los ejemplares. Por lo general, el periodo de gestación dura 30 días, pero el parto es relativamente rápido. En apenas 10 minutos, tras las contracciones, nace la cría. Las crías de poni son bastante independientes, de hecho comienzan a alimentarse de forma rápida, tan solo dos horas después del alumbramiento. Cuando permanecen en estado doméstico, se vuelven animales delicados que requieren grandes cuidados y una inversión considerable de tiempo y dinero. Lo contrario sucede con ponis que nacen en semilibertad, tal y como los asturcones o los ponis de Islandia. Estos pueden valerse por sí mismos sin contar con la ayuda del humano.

CUIDADOS DEL PONI

Debe tomar en cuenta que el poni es considerado un animal sumamente terco, de mucho carácter. Sin embargo suele ser muy listo y amable cuando se le entrena correctamente, desde temprana edad. Si un poni se comporta de manera rebelde, supone que su entrenamiento no fue dictado por una persona preparada o con los recursos necesarios para corregir dichos hábitos.

Cuando un poni recibe el entrenamiento requerido, es muy útil durante las prácticas de equitación para niños en su etapa inicial. Aunque pequeño, el poni puede soportar el peso de un adulto. Realmente son muy fuertes, pero es mejor no abusar. El poni suele ser un animal de gran sensibilidad, por lo que si no se siente a gusto con su cuidador o es maltratado, se puede deprimir. Se debe procurar que el encargado del poni sea alguien experimentado en la atención de estos animales y haga que el equino se sienta cómodo y reconfortado en todo momento.

ALIMENTACIÓN DEL PONI

En cuanto a su alimentación, es necesario establecer qué actividades va a realizar el poni, si está en un buen estado físico y su edad. Controlar la cantidad de comida es vital para cuidar su peso y evitar la sobrealimentación. De igual forma, se sugiere pesarlo con regularidad, y nutrirlo con productos adecuados para él. Los alimentos que más benefician al poni son el forraje y el pienso, una mezcla de muesli de grano, que contiene todas las vitaminas necesarias para su crecimiento. El poni debe vivir en un espacio grande y espacioso, que le permita descansar a sus anchas. Sus herraduras deben ser escogidas con cuidado y recibir limpieza diaria para evitar problemas de salud eventuales.

 

Fuente: https://www.animales.website/poni/