DOMA DE CABALLOS: ¿EN QUÉ CONSISTE Y QUÉ TIPOS DE DOMA HAY?

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La doma de caballos o la doma de equinos es el proceso mediante el cual, un caballo (o cualquier otro animal de la línea de los equinos) pasa de ser un animal salvaje, a convertirse en un ejemplar que puede ser montado por un ser humano.

Después de este proceso, y una vez que el potro se sienta cómodo con el jinete, comenzaría el adiestramiento para disciplinas concretas, como puede ser la doma clásica. Lo primero que debemos de tener en cuenta es que el caballo, a lo largo de la historia, nos  ha considerado como un depredador, por lo que su instinto es  huir de cualquiera de nosotros. De ahí la importancia de transmitir al caballo la confianza que necesita para vencer ese miedo, infundado durante miles de años. Además, es relevante que el potro en las primeras fases del desarrollo, se encuentre en unas condiciones de vida saludables. Es decir, el lugar en que habita, debe estar acondicionado  para satisfacer sus necesidades y poder establecer relaciones sociales con otros caballos. Solo así podrá iniciarse en el futuro, un proceso de doma efectivo. Pese a que todos los métodos de doma persiguen el mismo objetivo final, existen diferencias entre ellos; sobre todo en lo que al nivel de fuerza y respeto por el animal respecta. A continuación, os los explicamos:

DOMA TRADICIONAL

También conocida como doma gaucha, este método se basa en el castigo del caballo. Durante mucho tiempo, se creía que en algunos lugares, como en Argentina, este proceso suponía una tradición que había que mantener. Aunque, dando gracias, hoy en día,  muchos de estos lugares han recapacitado y cada vez su uso es  menor.

Pese a ello, su empleo en la historia, y en cierta medida en la actualidad, nos lleva a contaros en qué consiste. En primer lugar, el potro es atado a un palenque o palo y sus ojos son cubiertos. Todo ello con el fin de que no pueda huir, ni sepa qué está ocurriendo a su alrededor. Además, se le colocan las riendas,  las bridas, los estribos y la montura. Posteriormente, el domador se sube encima del animal, haciendo uso de las botas con espuelas y le quita la venda. Finalmente, azotándole repetidamente, y haciendo uso de la fuerza de sus piernas, consigue alterar al caballo, el cual, comienza a saltar repetidamente. El objetivo es lograr que el animal se canse, algo que ocurre a los 20 segundos aproximadamente. De esta forma, empezará a obedecer al domador para su doma. Como veis, un método que debería abolirse por el grado de fuerza y violencia que demuestra; por no hablar de que es un proceso que puede implicar peligro y daños para el potro y el domador.

MÉTODO JOIN UP

Este sistema, cuya traducción significa unión, fue creado y puesto en marcha por Monty Roberts. El objetivo es una unión pacífica entre caballo y ser humano. Según explica el propio creador, se trata de un proceso que no dura más de una hora, en el que afirma comunicarse en el lenguaje Equu;, imitando la conversación entre una yegua matriarca (rol reproducido por el domador) y el potro al que se le imparte la doma. El proceso se basa en escuchar e interpretar las respuestas del caballo y actuar en consecuencia; con el objetivo de que el animal descubra que él le entiende. Por lo tanto, es una técnica basada en la comunicación, y en el que la fuerza es del todo desechada.

DOMA NATURAL , RACIONAL O INDIA

Este tipo de doma implica, en primer lugar, la comprensión de los caballos; y en segundo, la importancia de ganarnos su confianza. Para facilitar este método, se recomienza realizar la denominada impronta, previo comienzo de la domesticación (cuyo uso puede emplearse como complemento de cualquiera de las técnicas de doma, pero que es especialmente empleado en la que ahora se describe)

El impriting o impronta es un proceso en el que el potro va consolidando o “Imprimiendo” en el cerebro determinadas acciones o situaciones, como consecuencia de las enseñanzas que la madre y su ambiente le proporcionan desde el momento del nacimiento.

Es en este momento de la vida cuando el potro comienza los primeros vínculos,  y va aprendiendo en quién confiar y en quién no. Y es aquí, donde el domador debe empezar a ejercer su influencia: pero no como un ser humano que persigue el fin de dominar al caballo en un futuro, sino como una persona que da cariño al nuevo animal, y quiere formar parte de su vida. De esta forma, el potro va a empezar a vernos como un miembro más de la familia; y conseguiremos,  también, enseñarle a dejarse cepillar, limpiar sus cascos y otras actividades por el estilo que reforzarán los vínculos. Con el proceso  de impronta como base, será más sencillo comenzar la doma Para ello,  se recomienda llevar al caballo a un corral circular, sin emplear la fuerza o la violencia. Aquí, el domador permanecerá junto al caballo unas horas.

Posteriormente, se pasa al embozalamiento, de forma que al animal se le pone un bozal en una manga para ganado.

El siguiente paso es eliminar la posible hipersensibilidad de la piel, tocándolo por el cuerpo. Este proceso, además, ayuda a que ganar la confianza del caballo, en una situación que está viviendo como  nueva y extraña (con los consiguientes temores y actitud que ello puede suponer). Posteriormente, se le coloca un lazo en su cuello, es decir, el potro es cabestrado. De esta forma, el domador comenzará a andar, y el potro le seguirá. Cuando el paso anterior funcione de manera coordinada y el caballo se muestre tranquilo, el animal es montado sin montura, generalmente en un corral redondo. Este espacio limita sus posibles huidas  y facilita el trabajo. Finalmente, el potro es montado ensillado, de forma que poco a poco, irá acostumbrándose a la presencia del ser humano y reforzando esos vínculos de los que hablábamos desde el comienzo de su desarrollo.

 

 

Fuente : ( con fotos )  https://blog.terranea.es/doma-de-caballos/