La langosta (Palinurus elephas) es un crustáceo decápodo que mide aproximadamente 35 centímetros. Su cuerpo se divide en cefalotórax (o cabeza) y abdomen (o cola). Su método de captura es por medio de trampas conocidas como “nasas”, y la pesquería de langosta se realiza en los meses de octubre y marzo, que es cuando esta especie se encuentra a menor profundidad.
En México se considera un producto “gourmet”, cuya demanda en los últimos años se ha incrementado y por consiguiente su comercialización, ya sea entera o como colas de langosta fresca, refrigerada y congelada. Como alimento aporta al cuerpo yodo, selenio, zinc, proteínas, agua, fósforo y vitaminas E, B y B12.
En México existen principalmente cinco especies de langostas espinosas, que ocurren en aguas tropicales y subtropicales de las costas de México. De estas especies cuatro se presentan en el Océano Pacífico(Panulirus interruptus, P. gracilis, P. inflatus y P. Penicillatus) y una en aguas del Golfo de México y el Caribe(P. Argus).
Dentro del volumen de la producción pesquera nacional de crustáceos, la langosta se encuentra en los primeros lugares, siendo superada solamente por el camarón en las costas del Pacífico y por el camarón y la jaiba en el Golfo de México. De la producción nacional de langosta, el Pacífico contribuye con un 82.6% del volumen total y el Atlántico con el 17.4% restante.
La langosta es un producto muy bien cotizado en el mercado nacional e internacional y su pesquería constituye una actividad muy importante, sobre todo en la parte Noroeste de nuestro país, en donde el recurso es más abundante y por tanto existe un mayor número de pescadores dedicados a la explotación de este crustáceo.
Fuente: https://www.gob.mx/conapesca/articulos/pesqueria-de-langosta-de-gran-valor-para-mexico?idiom=es