Dentro del grupo de animales empleados como medicina para la curación del alma y el cuerpo, se encontraba el cocodrilo. Tanto los Mexicas como los Mayas profesaban una gran veneración por este reptil; en vista de que su gran tamaño, su lomo tapizado de escamas protuberantes y su capacidad de vivir en ambientes acuáticos, son elementos que metafóricamente lo relacionaban con la “Madre Tierra”. En náhuatl, el termino para designar al cocodrilo era “cipactli”, es decir, “el espinoso”, por lo protuberante de sus escamas dorsales. Para los mayas, al igual que los aztecas, el cocodrilo era uno de los dioses creadores y por tal motivo, era llamado por los mayas Itzam Cab Ain, es decir, “madre lagarto, cocodrilo terrestre”.
Los antiguos mexicanos temían a este animal y decían que atraía a la gente con su aliento para matarlos, por lo cual extremaban sus precauciones al transitar por los lugares donde se sabía que habitaba.
En cuanto a las propiedades terapéuticas de los cocodrilos, los Mexicas obtenían muchos remedios del también llamado acuetzpallin, es decir, lagartija de agua.
Dentro de la cultura Mexica, existía una correspondencia entre los símbolos mágicos y la anatomía humana.
Actualmente, en diversas localidades del sureste del país, al cocodrilo, aparte de sus atributos en el ámbito culinario, se le atribuyen propiedades curativas para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, reumas, impotencia sexual y asma, entre otras.
Las propiedades medicinales de los cocodrilos, no sólo se circunscribieron al continente Americano, ya que los antiguos egipcios también les atribuyeron poderes de sanación, mismos sobre los que aún no existe evidencia contundente con relación a sus efectos benéficos. Sobre el tema, en este y otros pueblos africanos, se tenía la creencia de que los cocodrilos podían “hechizarlos” y causarles ceguera a las personas que ingresaran a los cuerpos de agua donde estos animales habitaran. Sin embargo, la ceguera se producía (aún continúa siendo un problema grave en África) por una enfermedad llamada “ceguera del río”, causada por la infestación parasitaria de las personas por un gusano redondo residente de las aguas.
El uso de pociones de cocodrilo aparentemente creció en popularidad en el mundo antiguo.
El excremento de cocodrilo, aplicado en un tampón de borra, era considerado como el anticonceptivo de moda en las mujeres de aquel tiempo.
Es claro que este tipo de medicación aún no ha probado su efectividad científicamente. La utilización del cocodrilo en la medicina tradicional humana, es una pista que conduce al planteamiento de interrogantes sobre la existencia de elementos activos en estos seres vivos con potencial terapéutico; lo anterior es significativo si se toma en consideración que estos reptiles presentan una baja frecuencia de enfermedades en el medio silvestre y la gran mayoría de sus heridas evolucionan satisfactoriamente hasta curase por completo.
Se trata de una excelente adaptación para sobrevivir en los ambientes acuáticos plagados de bacterias. Los científicos consideran que el reciente hallazgo de estos péptidos antimicrobianos bautizados con el nombre de “cocodrilinas” por haber sido encontrados por primera vez en la sangre de los cocodrilos australianos de agua salada (Crocodylus porosus)-, además de servir como la primer línea de defensa ante las infecciones en el cuerpo del cocodrilo, pueden ser la base para desarrollar la siguiente generación de antibióticos para el ser humano.
REFERENCIAS.
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2.- Trueba-Lara JL. Las hierbas de sathán. Información Científica y Tecnológica 1992; 189:57-63.
3.- González-Torres, Y. Lo animal en la cosmovisión mexica o mesoamericana. En: González-Torres Y, editor. Animales y plantas en la cosmovisión mesoamericana. México: Plaza y Valdés Editores; 2001. p. 107-122.
4.- Arellano-Hernández, A. Llegó el caimán: los dragone
https://www.medigraphic.com/pdfs/revbio/bio-2003/bio031i.pdf
Fotografia tomada por el Yumka.