LA PRIMAVERA EN TABASCO

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Un espectáculo, tan bello como efímero, toma como escenario las carreteras, las calles de los pueblos, los patios de algunas casas y los camellones de avenidas y colonias de Tabasco. Colores rosa, amarillo y naranja en todos sus tonos se presentan con la llegada de la primavera, época en la que florecen los guayacanes (Tabebuia chrysantha), maculís (Tabebuia rosea) y framboyanes (Delonix regia) y muestran un paisaje único que nunca pasa desapercibido.

Por lo general, entre la floración y la caída de las flores, transcurren de cinco a seis días, cuando debajo del tronco y las ramas desnudas, se forman alfombras florales y una postal ya bella de más, es cuando al estar a la orilla de un cuerpo de agua, las flores caen y forman un poema junto con el efecto de espejo y movimiento del agua.

Estos árboles han inspirado a poetas, pintores y músicos tabasqueños que en sendos canales expresivos han dejado en los corazones de propios y extraños la belleza de estos árboles.

“cuando florecen los guayacanes y macuilises, como de un sueño despierta el alma del tabasqueño, el pueblo canta, el sol nos quema, y toda entera se nos entrega la primavera”.

El maculís es un árbol de la familia de las Bignoniáceas, endémico de las regiones cálidas húmedas y subhúmedas de América continental, se encuentra desde México hasta Colombia, Venezuela y Ecuador formando parte de los bosques tropicales. También se encuentra de manera introducida en otros países tropicales, debido a su valor ornamental.

Los árboles son caducifolios y llegan a medir hasta 25 metros de altura, ideal para producir una madera clara, de gran calidad parecida al encino. En el medio rural se utiliza para leña, elaboración de tablas, postes para cercas, mangos para herramientas y construcciones diversas, muebles y decoración de interiores y exteriores.

En los potreros y campos de cultivo se utiliza como cerco vivo para delimitar linderos y como árbol de sombra; es también una buena opción para sistemas integrales silvopastoriles.

La infusión de la corteza de maculís tiene propiedades medicinales y localmente se usa como remedio contra la diabetes, tifoidea, paludismo y parásitos intestinales. El té que se

obtiene del cocimiento de las hojas es reconocido como anti pirético (contra la fiebre). Las flores son melíferas y contribuyen a la producción de miel de buena calidad.

En Chiapas se le llama “primavera” a este árbol y tiende a florear desde enero; otros nombres con que se le llama son: apamate, mocoque, macuelizo, maquilishuat, lapacho o guayacán rosado.

El fugaz colorido de estos tres árboles en ocasiones convive y se puede apreciar al mismo tiempo, pero también suele ocurrir que alguno de ellos retrasa su floración y se escalonan las tonalidades. Una vez las ramas desnudas, de nuevo comienzan a cundirse de hojas y reverdecer el resto del año, dejando la esperanza de volverlos a ver en la temporada siguiente, lo que podría ser una teoría de por qué los Tabasqueños soñamos a colores y hablamos mero florido.

“Lo único que voy a extrañar cuando me muera, son los macuilises de Villahermosa en abril” Victoria Lastra

Elisabeth Casanova García
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Jorge Quiroz Valiente
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