Uno de los resultados del cambio de actitud de las personas hacia la vida silvestre y el medio ambiente fue la prohibición del uso de sustancias tóxicas en los programas de control de depredación. Aunque ahora hay varias excepciones a esta prohibición, el sentimiento público sigue favoreciendo el uso y la búsqueda de técnicas más inocuas para reducir el daño de los depredadores al ganado. Desde las instituciones se ha respondido realizando investigaciones para mejorar la efectividad, selectividad y humanidad de las herramientas de control existentes y buscando nuevos métodos.
El conflicto entre humanos y carnívoros salvajes se ha desarrollado debido a la pérdida del hábitat normal y la necesidad de una dieta alta en proteínas por parte de los carnívoros. Muchos depredadores están implicados en la depredación en granjas y tierras comunales, incluidos pumas, jaguares, coyotes, perros e incluso buitres. Los ganaderos a menudo hacen uso de la sabana abierta (que son ecosistemas herbáceos dominados por gramíneas tropicales) también ocupada por carnívoros, lo que puede alterar lo que caza el carnívoro, pasando de su presa normal, como pequeños mamíferos salvajes, al ganado, que es mucho más fácil de cazar y más numeroso.
Se cree que muchos métodos letales, como las trampas, la caza, el envenenamiento y la captura, provocan un mayor daño ecológico y la mayoría de los consumidores los consideran reprobables.
En un estudio se demostró que un tercio de los agricultores usaba solo métodos letales, otro tercio solo usaba métodos no letales, otro tercio usaba tanto letales como no letales y el 10% restante de los agricultores no usaba métodos de control contra los depredadores. Se encontró que la tasa más alta de depredación estaba en las granjas donde se usaban métodos letales y no letales. La depredación más baja fue en fincas que no utilizaron ningún método de control. No está claro si hay menos depredación debido a que no usan métodos de control o si estos agricultores no usan métodos de control porque tienen poca depredación.
Una idea que se ha investigado en los últimos años es el uso de varios tipos de animales para proteger al ganado de los depredadores. Los resultados de estudios que muestran éxito con perros guardianes y ganado han sido publicados en la literatura científica. En la literatura popular han aparecido relatos anecdóticos de varias otras especies que cuidan el ganado, sobre todo llamas y burros. Aunque no se ha informado de ninguna investigación formal para estas dos especies.
Aunque se dice que los burros generalmente son dóciles con las personas, parecen tener una aversión inherente por los perros y presumiblemente por otros cánidos, incluidos los coyotes y los zorros. La respuesta típica de un burro a un cánido intruso es vocalización (rebuznos), mostrar los dientes y un ataque de carrera puntuado con intentos de patear y morder al intruso, especialmente si está acorralado.
Recientemente se realizó una investigación sobre el uso de perros, alpacas y burros en ranchos mediante la aplicación de una encuesta en línea, donde se envió un cuestionario estructurado, cuantificable y analizable a 34 ganaderos. Sólo 31 completaron la encuesta completa, que recopiló información sobre el éxito del uso de estos animales, así como los factores que conducen a su éxito y fracaso. Los resultados sobre el uso de estos animales para el control de depredadores fueron: 23 encuestados utilizaron perros, 8 alpacas y 3 burros. Los factores que fueron importantes para el uso de perros fueron su manejo, entrenamiento y alimentación. También se descubrió que los perros tenían el mayor impacto financiero en los ganaderos, ya que costaba más adquirirlos y mantenerlos. También se vio que tenían el mayor impacto en la reducción de la depredación. Sin embargo, el costo del uso del burro no fue tan significativo, ya que se alimentan de pastura.
Las fincas en las que se utilizaron burros fueron de un tamaño promedio de 970 ha. El uso de burros aumentó el porcentaje de destetes en un 40%; también se informó una disminución en las pérdidas sus animales. Dentro de los factores que determinan el éxito o el fracaso de los burros, se enumeraron: el instinto natural del burro para protegerse contra depredadores problemáticos específicos; poco manejo para que funcione el burro; bajo costo de mantenimiento; los factores más importantes fueron: Sexo del animal, temperamento, el número de cabezas de ganado; los factores menos importantes fueron: entrenamiento y selección genética.
Aunque son pocos los resultados mostrados por esta encuesta, se aprecia la necesidad de hacer investigación con el uso de burros para evitar métodos más agresivos para el control de depredadores y estar en armonía con el ambiente. En varios ranchos de Tabaco ya se ha echado mano de esta estrategia y a decir de los ganaderos, les ha resultado favorable.
Por: JORGE QUIROZ VALIENTE Y ELISABETH CASANOVA GARCÍA