De seguro ya muchos saben que el golpe de calor es un trastorno grave que se presenta cuando un organismo homeotérmico no puede disipar más calor del que genera o absorbe, superando la temperatura corporal los 44°C y afectando al animal, principalmente al sistema nervioso central con encefalía, y siendo habitual el coma en casos de hipertermia. El choque de calor en el ave genera un proceso de estrés, que ocasiona cambios en su productividad e incluso puede causar su muerte.
El sobrecalentamiento global, junto con los climas extremos, que se van presentando en las diferentes regiones de México y del mundo, provocan la necesidad de tomar medidas en la avicultura, las aves de corral son unas de las especies más afectadas, ya que son muy susceptibles a las temperaturas altas que originan el choque de calor.
Las aves, a partir de las 3-4 semanas de vida, son capaces de adaptarse continuamente a la temperatura ambiental que les rodea. La temperatura ideal de las aves es entre 22°C - 24° C y humedad relativa del 40%, los principales factores que provocan el choque de calor en las aves comúnmente son a) efectos ambientales, como la radiación solar, temperaturas altas por estación, y que no exista presencia de vientos y b) fallas zootécnicas secundarias, que son ocasionados por instalaciones mal diseñadas, errores en el abasto de agua, falta de ventilación, fallas de los equipos de enfriamiento, entre otras.
Cuando los pollos se ven sometidos a un estrés calórico (golpe de calor) ponen en marcha los mecanismos de emergencia para evacuar la temperatura corporal sobrante que se genera. En primer lugar, desvía una parte importante del flujo sanguíneo hacia la periferia del cuerpo. Es muy conocido el aumento del flujo sanguíneo en las patas y cresta, pero también se envía gran cantidad de sangre hacia las extremidades de las alas, motivo por el que las aves separan las alas del cuerpo cuando hace calor.
Las aves, al deshidratarse, presentan pérdida de agua y electrolitos (Na, Cl, Y K). La deshidratación se refleja en una hemoconcentración sérica de sodio y un cambio en la osmolaridad del plasma, porque la osmolaridad extracelular está determinada en gran parte por la concentración del sodio (catión extracelular) y por el cloruro (anión extracelular), la concentración de los demás electrolitos se modifica por el transporte activo.
La necesidad de reducir el estrés por calor y el oxidativo en la avicultura es crucial para mantener el desempeño de las aves y óptimos márgenes para los productores.
Las aves parecen ser particularmente sensibles a desafíos ambientales, tales como las altas temperaturas combinadas con una alta humedad, comúnmente llamado estrés por calor. Casi el 50 % de la producción avícola mundial se localiza en zonas tropicales, con grandes previsiones de crecimiento futuro en Asia, África y Latinoamérica. En estas zonas y en algunas regiones templadas con temporadas cálidas, las altas temperaturas pueden ser dañinas para la avicultura comercial. Al combinarse con alta humedad, los efectos pueden ser devastadores.
El calentamiento global es también un factor significativo con temperaturas mayores a 30 °C (86 °F) que ocurren con regularidad en todo el mundo.