EL ASEO CORRECTO DE LOS CABALLOS

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Hoy vamos a hablar un poquito más de uno de los cuidados básicos que debemos hacer a su correcto aseo. Pues sí, como cualquier otro animal (incluido el ser humano) el caballo se ve expuesto a diario a la suciedad del ambiente, un entorno que, además, está repleto de virus y bacterias que pueden afectar seriamente a su salud. Como bien sabes, las vacunas para los caballos pueden proteger a tu mascota de multitud de enfermedades, pero una correcta higiene diaria de su cuerpo es una barrera extra de protección de su salud y bienestar.

Lógicamente, un caballo deberá bañarse con mayor o menor frecuencia en función de su actividad física. A mayor ejercicio, mayor frecuencia de baño. Así, los veterinarios aconsejan bañar diariamente a los caballos que hacen mucho ejercicio - carreras, saltos, caminatas y una vez a la semana a aquellos equinos que, por su estado de salud, edad o estado físico, hacen poco ejercicio físico.

La principal finalidad del baño es eliminar todos los restos de tierra, barro, hojarasca, estiércol y sudor que se han adherido a la piel del cabello. La segunda finalidad y no menos importante es provocarle una sensación de placer, de relax y de tranquilidad. Una buena y relajada sesión de baño estrechará los lazos que te unen a tu mascota. Él o ella se sentirán mimados y queridos.

Los consejos básicos para bañar correctamente a tu caballo son los siguientes:

1. Paseo previo:  No es aconsejable empezar el baño justo cuando el animal termina de hacer ejercicio. En ese momento el caballo está nervioso y muy sudoroso. El cambio brusco de temperatura al aplicar el agua puede ser perjudicial para su salud y, además, nada placentero. Así que, antes de empezar la sesión de baño, te aconsejamos dar un pequeño y tranquilo paseo. 2. Un buen cepillado antes: Si pasas el cepillo de crin por el cabello de tu peludo antes del baño conseguirás eliminar la mayor parte del barro, la suciedad y los posibles excrementos. Además, desenredarás su pelo y arrastrarás esos restos de hojarasca que, luego, con el agua y el jabón, se convertirán en una bola pegajosa muy difícil de quitar. Para esta fase previa al baño utiliza el cepillo de raíces y la bruza. 3. Utiliza agua tibia: No creas que, por ser grandote, a tu caballo no le impresionará el agua helada, sobre todo en pleno invierno. Además, el agua tibia ablandará con mayor facilidad los restos de suciedad y tardarás mucho menos en terminar la sesión. 4. Elige el champú apropiado: El PH de la piel de un caballo no es igual al nuestro. Tu tienda especializada te puede ofrecer una amplia variedad de geles y champús que no dañarán la piel de tu mascota. Recuerda aplicar el jabón con movimientos circulares utilizando tu almohaza. 5. Para terminar, un buen aclarado: Es fundamental que te asegures de que no quedan restos de jabón en el cuerpo del equino, sobre todo en las zonas de los genitales, el ano, el hocico y los ojos.

 

Referencia: mascotea.net