¿Cómo saber que las riendas elegidas son las adecuadas para nuestro animal?
La importancia de una buena elección
La rienda se define como tira de cuero o similar, sujeta al bocado, de la que se sirve el jinete para sostener y guiar la caballería. Teniendo en cuenta esta definición, podemos concluir que el disponer de las riendas correctas nos aportará una mayor seguridad en nuestro cabalgar.
Por el contrario, si no elegimos las correctas, podemos tener una importante pérdida de sensibilidad en el contacto con el caballo, lo que siempre puede suponer una gran cantidad de problemas nacidos de la inseguridad.
Tipos de riendas: Antes de decidirnos por la compra de una rienda, debemos conocer las diferentes posibilidades que nos ofrece el mercado. Teniendo en cuenta el tipo de material en el que están fabricadas, podemos hablar de siete tipos diferentes de riendas:
Recubiertas de goma: las más usadas y en principio las más recomendables, puesto que sean cuales sean las condiciones meteorológicas, no resbalan.
Lisas de cuero: usadas habitualmente en los concursos por resultar más elegantes. Tienen el inconveniente de que si se mojan, resbalan.
Cuero trenzado: tienen una parte de cuero de una única pieza que mide aproximadamente 25 cm. y que empieza en la embocadura y después se dividen en cinco tiras que van trenzadas hasta la hebilla.
Cuero entrelazado: cuero de una única pieza, con una tira entrelazada de cuero en forma de “V”, con lo que se consigue que no resbalen.
Con trabones: también llamadas alemanas, son las típicas riendas de lona. Para evitar resbalones llevan unos trabones de cuero cada 10 ó 12 cm.
Dartnall: riendas realizadas en algodón trenzado. Resultan muy ligeras y agradables al tacto, por lo que el contacto con la boca del caballo es sumamente sensible.
Nylon trenzado: las menos recomendables de todas, ya que se escurren con mucha facilidad de entre las manos.
Si hiciéramos una diferenciación teniendo en cuenta la colocación de la rienda, encontraríamos:
Rienda alemana, también llamada “de retracción”: es aquella que va desde la cincha hasta las manos del jinete, pasando por entre los brazos y las argollas del filete.
Rienda doble o falsa rienda: se trata de la rienda que va a la serreta o farolillo.
Elementos a tener en cuenta en la elección
A la hora de seleccionar las riendas para su caballo, son principalmente dos las variables que deberá tener en cuenta: el ancho y el largo.
Parece sencillo, pero conviene que sepa la importancia de estos dos factores:
EL ANCHO
Las riendas normales miden 1,5 cm., si bien para seleccionar el ancho correcto lo primero que deberemos tener en cuenta es el tamaño de nuestras manos, teniendo en cuenta que si las riendas resultan demasiado anchas para sus manos será difícil mantener un buen contacto, resultando sumamente incómodas.
Por el contrario, si fueran estrechas, resultará difícil poder sujetarlas sin que se resbalen.
EL LARGO
Por lo habitual las riendas miden de largo entre 132 y 152 cm. (las de poni están entre 122 y 137 cm.).
La medida deberá adaptarse a las características del caballo y del jinete, teniendo en cuenta que si son demasiado largas pueden llegar a enredarse en las extremidades, mientras que las cortas resultan igualmente peligrosas porque nos obligan a tirar de la boca del animal, pudiendo llegar a producirle heridas.
A la hora de determinar la medida correcta de la rienda, deberemos tener en cuenta la longitud del cuello del caballo. Las riendas deberán medir desde la embocadura hasta la hebilla, 28 cm. más que el cuello del caballo, medido desde la boca hasta la cruz.
Además de esto deberán tenerse en cuenta otras características como los materiales (tal y como hemos visto, en principio el más recomendable es la goma, porque no resbala) y su calidad, cómo esté acabada, la resistencia que ofrece.
Cómo fijar las riendas
Una vez hemos seleccionado las riendas más adecuadas, deberemos aprender a fijarlas correctamente para poder darles un correcto uso.
A la hora de colocar sus riendas, puede optar por diferentes tipos de fijación:
Con gancho: es la más habitual y sin duda la más aconsejable.
Utilizando la anilla de la embocadura: se pasa por esta anilla y después se cose.
Con hebilla: fijación con una tradicional hebilla, resulta menos habitual.
De lazo: se pasa la rienda por la anilla de la embocadura y a través de una correa de cuero que se cose a la parte trasera de la rienda.
Referencia: