Los burros tienen la reputación de ser criaturas lentas y tercas. Sin embargo, este no es exactamente el caso, ya que muchos burros de tamaño estándar pueden moverse tan rápido como un caballo si están convencidos de que esa velocidad es necesaria. Al igual que los caballos, los burros tienen tres aires básicos, o formas de moverse, cada uno a una velocidad diferente.
Velocidad máxima
El burro más rápido es el asno salvaje asiático, también conocido como onagro. El onagro puede alcanzar hasta 43 millas por hora a máxima velocidad. Esto equivale a la velocidad de un caballo de carreras de pura sangre. Otros burros domésticos también pueden alcanzar velocidades equivalentes a las de algunos caballos y son capaces de competir contra los caballos en ciertos eventos cronometrados, como la flexión de los postes. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los caballos, los asnos generalmente no se inclinan por correr a la máxima velocidad y prefieren moverse a un ritmo más lento.
Galope
El galope es el paso más rápido del burro. Es el equivalente a correr y puede hacerse de manera controlada, como un galope o un lazo, que es similar al que hace un corredor por sí mismo, o a toda velocidad. Mientras que algunos burros alcanzan velocidades más rápidas en la cima de su límite, la mayoría de los burros galopan entre 20 y 30 millas por hora si están corriendo a toda velocidad y no se pasean a sí mismos.
Trote
El trote es una carrera lenta, como un trote. Tanto en los burros como en los caballos, las patas se mueven con un patrón o ritmo diferente al del galope. Un burro puede cubrir mucho terreno y recorrer una gran distancia al trote, con una velocidad media de 8 a 9 millas por hora. Este ritmo es más cómodo para un burro que el galope o el galope, y puede mantenerlo por un período mucho más largo de tiempo sin cansarse.
Caminar
Caminar es el ritmo preferido del burro. Esto se debe en gran parte al hecho de que, a diferencia del caballo, cuyo primer instinto es huir inmediatamente del peligro, el burro prefiere moverse lentamente y con seguridad, pensando la situación antes de reaccionar. Los burros caminan a un ritmo lento y constante, que es casi igual al de un humano a unos 3,5 mph. Este ritmo uniforme, junto con la capacidad de llevar cargas pesadas, hace que el burro sea un compañero ideal para empacar y caminar.
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