LA AGROECOLOGÍA, OPCIÓN PARA ENFRENTAR LA CRISIS AGROALIMENTARIA

img

 

La crisis en el acceso a los insumos para la producción

La agricultura familiar representa cerca del 81% de las explotaciones agrícolas y genera el 50% del empleo agropecuario (FAO y BID, 2007; FAO, 2012). Sin embargo, la vulnerabilidad del sector agrícola depende del acceso a los medios de producción como la tierra, capital y el trabajo, que repercute en los costos de producción. En Centroamérica y el Caribe, en cambio, las unidades productivas tienen una menor dependencia de la mano de obra (12%) e insumos productivos como fertilizantes, semillas y pesticidas (5%). Los mayores costos corresponden a los bienes activos, como tierra (23%), ganado (26%) y maquinaria (26%) (CEPAL, 2020).

La crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de COVID-19 tiene grandes efectos sobre la disponibilidad de liquidez. La más afectada fue la agricultura familiar es la agricultura familiar, debido a una disminución en la demanda local o una mayor dificultad para acceder a mercados. Esta liquidez se expresó en el acceso a comprar los insumos o contratar mano de obra. Este problema de desempleo se ve afectado desde la firma del TLCAN ya que del 1994 a 2019 disminuyó en casi 10 millones de empleos (BM, 2020).

Con respecto a los insumos actualmente se tiene el problema del acceso a los fertilizantes que va ligado con los precios de la energía. Al inicio de la pandemia los precios internacionales de la energía se encontraron en niveles históricamente bajos, alcanzando su mínimo en el mes de abril. En ese año los precios de energía (sobre todo del petróleo) disminuyeron en un 35% en el 2020. Una baja sostenida en los precios de energía y fertilizantes podría forzar a una baja en los precios de algunos alimentos, especialmente en los granos y las semillas oleaginosas (Banco Mundial, 2020).

Sin embargo, en el año 2022 se desarrolló un conflicto bélico entre los países de Rusia y Ucrania que no solamente está desatando bajas humanas entre ambos países sino también una guerra comercial que países como dependientes de importaciones de alimentos como México lo padece. Cabe señalar que el modelo de revolución verde depende de insumos desarrollados por el petróleo, pero países como Rusia y Ucrania son los que se encargan de la transformación de esta materia prima en insumos como el herbicida, insecticida y el fertilizante. Este último es el que más costo se ha elevado ya que es el que ambos países producen ofrecen al mercado.

Los precios recabados en México de distribuidores en zonas de producción alcanzan los 23,000 pesos por tonelada de urea, cuando en marzo de 2021 la tonelada se ofertaba en 8.000 pesos, es decir, un aumento del 187% en el precio (El País, 2022). El fosfato monoamónico, otro fertilizante muy utilizado en las siembras, sigue la misma inercia: su precio al primer trimestre de 2021 se situaba por mucho en unos 11.000 pesos por tonelada, ahora se cotiza por encima de los 24.000 pesos, lo que supone un incremento interanual de 118% (El País, 2022).

Esto se ve reflejado en el alza del precio de los alimentos que corresponden a la canasta básica. Este precio fue incrementándose de manera considerable del 2021 al 2022. A finales de diciembre de 2021, la despensa conformada veintena de productos básicos para una dieta familiar que incluye aceite, carne, pollo, verduras, tortillas, frutas y legumbres, entre otros productos, tenía un precio de entre 763 pesos a 1.000 pesos, de acuerdo con los datos recabados tanto en mercados como en tiendas de autoservicio (PROFECO, 2022). En el mes de abril del 2022, esta canasta básica elevó de 1,037 pesos a 1.229 pesos, un incremento de hasta un 35% en menos de cuatro meses (INEGI, 2022).

Ante esta problemática surge la pregunta ¿Qué alternativa de producción puede ser resiliente ante los factores externos que dañan la soberanía alimentaria de un país? Ante esta respuesta se expone a la agroecología como una alternativa que puede producir de manera sustentable alimentos que una nación puede logar dicha soberanía ante los factores externos como esta crisis.

La agroecología como opción

La agroecología como una ciencia aplicada utiliza los conceptos y principios para el diseño y manejo de los agroecosistemas sostenibles, donde los insumos externos se sustituyen por proceso naturales como la fertilidad y el control biológico (Altieri, 1995). La agroecología saca mayor provecho de los procesos naturales y de las interacciones positivas en las explotaciones agrícolas con el fin de reducir el uso de insumos externos y crear sistemas agrícolas más eficientes. Los sistemas agroecológicos usados en el diseño y el manejo de agroecosistemas mejoran la diversidad funcional de los sistemas agrícolas que es esencial para el mantenimiento de procesos inmunes, metabólicos y reguladores, claves para la función del agroecosistema (Gliessman, 1998).

Otra corriente de este concepto como Sevilla (2011) define que la agroecología es una forma de construcción potencial campesino e indígena para superar la supremacía capitalista que tiene sobre la forma de producción, también que se puede investigar bajo las dimensiones productivas, socioeconómicas y culturales de un contenido socioeconómico; con la realización conjunta del investigador y productor trabajando conjunto de manera participativa para que mejores sus condiciones de vida. Esto lleva a la creación de las redes de intercambio, estrategias de acción productivas, mercados alternativos e infraestructuras organizativas como la practica más habitual de una dinámica vinculada a movimientos sociales rurales (Sevilla, 2006).

A diferencia del modelo de revolución que ve a la agricultura como disciplinas especializadas, la agroecología es una ciencia transdisciplinaria. La agroecología integra y articula conocimientos de diferentes ciencias, bien como el saber popular permitiendo tanto la comprensión, análisis y critica del actual modelo de desarrollo de agricultura industrial y nuevos estilos agroecológicos, desde un enfoque transdisciplinar y holístico (Sevilla y Woodgate, 1997 y Gliessman, 2002). Se puede apoyar de los componentes teóricos de la física, economía, ecología, historia, antropología y sociología (Caporal, 2002). Cuando el concepto de agroecología haya pasado bajo un análisis de los enfoques sistémico, materialismo histórico y transdisciplinariedad, el último paso es que llegue se analice en lo político expresado por el enfoque de derecho legal. Este enfoque hace que el discurso político se plasme en las leyes que rigen a un país, estado, municipio y comunidad. El ejemplo está en países como Bolivia y Ecuador que utilizan a la agroecología como parte de su modelo de Buen Vivir.

En el caso particular de la fertilización como se explicó en el apartado anterior es el uso de los fertilizantes químicos que tienen un excesivo costo que a su vez a los agricultores medianos y pequeños no tienen los ingresos para pagar dichos precios. Como se mencionó que la agroecología es la aplicación de los principios de la ecología estos principios están en el reciclaje de nutrientes y las interacciones ecológicas como la simbiosis, etc., que los microorganismos en el suelo favorecen la nutrición. Algunas de las tecnologías son la Composta, Lombricomposta y el BIOL.

La composta como una tecnología agroecológica

La composta es un abono orgánico que se forma por la degradación microbiana de materiales acomodados en capas y sometidos a un proceso de descomposición (SAGARPA, 2013) (Figura 1). Los microorganismos que llevan a cabo la descomposición o mineralización de los materiales ocurren de manera natural en el ambiente; el método para producir este tipo de abono es económico y fácil de implementar. Por acción de los microorganismos se da origen a un material (materia orgánica) de gran utilidad para los suelos agrícolas ya que mejora la estructura y la fertilidad de estos.

La composta tiene las siguientes propiedades (SAGARPA, 2013):

  • Mejora la sanidad y el crecimiento de las plantas.
  • Mejora las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.
  • Es fuente importante de nutrimentos para las plantas.
  • Aumenta la capacidad de retención de humedad del suelo y la capacidad de intercambio de cationes en el mismo.
  • Es una fuente de alimentos para los microorganismos.
  • Amortigua los cambios de pH en el suelo.
  • Disminuye los cambios bruscos de temperatura.
  • Las plantas pueden absorber más nitrógeno como consecuencia de la relación C/N en el suelo.
  • Logra descomposición parcial o casi completa de algunos residuos

 

Figura 1. Elaboración de composta por estudiantes de la UBBJG Sede Calkiní, Campeche.

Figura 2. Composta lista para aplicar por parte de los estudiantes de la UBBJG Sede Escárcega, Campeche.

 

A diferencia de los fertilizantes químicos como la UREA que tiene un 46-00-00 y el Fosfato Mono amónico 18-46-00, la composta tiene otros contenidos nutrimentales. La composta tiene aproximadamente 0.5% de Nitrógeno, 0.5% de Fosforo, 0.5% de Potasio, 0.3% de Magnesio, 2.3% de Calcio, 10.20% de sustancias orgánicas y rico en microelementos (Noriega, et al., 2002). Sin embargo, existen algunas variaciones que con base al contenido del estiércol y otros ingredientes se pueden tener algunas concentraciones como la Empresa DELTA con un producto denominado ORGANODEL puede tener concentraciones con 85% de Materia Orgánica, 60% de Humus, 10.1% de ácidos húmicos, 39 kg/t de Nitrógeno, 23 kg/t de Fosforo, 34 kg/t de Potasio, 64 kg/t de Calcio, 8.1kg/t de Magnesio, 3.2 kg/t de Azufre, 0.05 kg/t de Cobre, 0.03 kg/t de Zinc y Manganeso y2.2 kg/t de Fierro (OrganoDel, 2022).

Con respecto a las dosis tiene que ser de acuerdo con las necesidades del cultivo y las características del suelo. Existen casos como el Programa de recuperación de suelos degradados (SIRSD) (2017) que recomienda las siguientes dosis:  se recomienda aplicar entre 1 y 2 kg por metro cuadrado al año. En cultivos de leguminosas se requiere al menos 3 t/ha de compost. En zanahoria, cebolla, ajo, betarraga y en frutales es apropiada una dosis de 6 t/ha. Para cultivos más exigentes como maíz, trigo y hortalizas como acelga, repollos y zapallos, la dosis debe ser de 10 y 20 t/ha. Para abonar bien los cultivos extensivos se requiere de 6 a 10 t/ha/año y hasta 20 t/ha/año en suelos más pobres (Figura 3).

Figura 3. Aplicación de humus a sistemas de producción de hortalizas en Calkiní, Campeche.

El precio de la composta oscila entre los precios oscilan entre 1.5 a 2.0 pesos por kilogramo, esto quiere decir hasta 2000 pesos por tonelada de composta, esto ya comparándola hecha. Pero en pequeñas granjas agroecológicas que tienen animales de traspatio y cultivos que provean alimento no es necesario una inversión tan grande como lo mencionado en la oración anterior. Por ello, la composta no precisamente es un insumo dependiente del mercado, sino de la decisión del agricultor si lo produce o lo adquiere de fuentes externas.

Conclusión

El camino de la agroecología para tener un protagonismo en el sistema alimentario global ha sido largo, pero siempre ha sido una alternativa para las crisis mundiales. Con respecto al ejemplo de los fertilizantes, la composta solo es uno de ellos, existen diversidad de tecnologías para corregir la nutrición de las plantas. Cabe señalar que existen dos grandes corrientes en este sistema agroalimentario, el primero es la exigencia del Mercado y el segundo es la Soberanía Alimentaria.

Con respecto al primero el Mercado marca las pautas, pero ha generado nichos en dónde la agroecología ha estado de manera permanente como la agricultura orgánica o el comercio justo. Sin embargo, no forma parte de las necesidades que exige las grandes cadenas de alimentos, ya que los indicadores económicos no toman en cuenta en su pureza los principios de la sustentabilidad. La segunda corriente en la Soberanía Alimentaria solo se acuerdan los tomadores decisiones cuando existen crisis mundiales como lo expuesto en este artículo, pero al fin y al cabo existen investigadores que seguirán probando y llevando a la agroecología, no solo a la parcela, sino en la toma de decisiones.

La propuesta de la fertilización con los abonos orgánicos son una muestra de múltiples tecnologías que se pueden aplicar. Cabe señalar que la gran mayoría de dichas tecnologías han sido aplicadas y desarrolladas por los pequeños agricultores, y por ende ellos pueden ser un actor importante en la búsqueda de la soberanía alimentaria y un espacio más protagónico en el Mercado. La agroecología siempre está dispuesta a romper paradigmas, ya que esa reinvención con base a sus principios sistémicos, transdiciplinarios, etc., siempre busca alternativas a los problemas actuales que vive la sociedad.

Bibliografía disponible con los autores

Por Dr. Ranulfo Cruz Aguilar e Ing. María del Rosario Trinidad Páez

Universidad para el Bienestar Benito Juárez García Sede Escárcega, Campeche

[email protected][email protected]

Referencia: Edición No. 114 revista Agro Región (julio-agosto 2022)