Los alimentos nos dan energía y la energía nos quita los alimentos

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Por Elisabeth Casanova García y Jorge Quiroz Valiente / Agro Región


Cuando cualquier país se enfrenta a una crisis en la producción de alimentos, existe la expectativa de que el comercio mundial de alimentos llene la brecha. Sin embargo, si el impacto es lo suficientemente grande, afectará los precios mundiales de los alimentos. En los últimos años, los precios mundiales de los alimentos aumentaron considerablemente, especialmente después del advenimiento de la crisis financiera global; con este aumento, uno de los desafíos importantes para las comunidades internacionales es garantizar la seguridad alimentaria. Los cambios en los precios de los alimentos resultan del impacto en los precios de los alimentos debido al cambio en el nivel de oferta y demanda, precios más altos y manipulación del mercado.

A principios de enero de 2021, el índice de precios de los alimentos a nivel mundial incrementó 4.3 puntos contra el de diciembre de 2020. Este valor muestra el valor promedio mensual más alto desde julio de 2014, y el aumento se ha observado más en los cereales, aceites vegetales y azúcar. En contraste, los valores de lácteos y carnes también se vieron afectados, pero menos.

El impacto de los especuladores financieros es uno de los predictores significativos identificados detrás de la volatilidad de los precios de los alimentos. Los especuladores pueden definirse como «comerciantes cuyos intereses son a corto plazo y cuyo comportamiento está impulsado por las observaciones y expectativas de otros comerciantes en lugar de los fundamentos subyacentes de los productos básicos agrícolas».

Sin embargo, además de las especulaciones, también se identifican numerosos impulsores detrás de esos aumentos en los precios de los alimentos que incluyen tipos de cambio, políticas de almacenamiento agresivas de las naciones, especulación en los mercados de productos, shocks macroeconómicos en la oferta monetaria, inflación, crecimiento económico y restricciones comerciales. Aparte de estos, algunos estudios también identificaron la urbanización y las condiciones climáticas extremas como las principales razones que crean presión sobre los precios de los alimentos. Por último, pero no menos importante, los estudios también destacan el papel del petróleo crudo en la configuración de los precios de los alimentos

El petróleo crudo se ha identificado como una de las formas importantes de energía a nivel mundial y satisface aproximadamente dos tercios de la demanda de energía del planeta; desempeña un papel importante en los procesos de producción industrial, incluido el sector agrícola, donde se utiliza como medio de transporte y para hacer funcionar los equipos agrícolas. Por lo tanto, cualquier aumento en el petróleo crudo está directamente relacionado con los costos de producción agrícola, lo que a su vez aumenta los precios de los alimentos. Además, los precios del petróleo también influyen indirectamente en los precios de los alimentos a través del canal del tipo de cambio. Un aumento en los precios del petróleo puede causar una depreciación de la moneda nacional y afectar los precios de muchos insumos agrícolas, lo que eleva los precios de los alimentos.

Otro canal a través del cual el petróleo crudo afecta los precios mundiales de los alimentos es el uso de cultivos para producir biodiesel y etanol. La asociación entre las dos variables es significativa ya que el movimiento de los precios del petróleo puede explicar el 64.17% de la variación de los precios de los alimentos.

Por lo tanto, urge desarrollar políticas confiables que ayuden a controlar el impacto de los precios del petróleo en los precios de los alimentos; esto se puede hacer de muchas maneras, entre las cuales el uso eficiente de la tierra ayudará a producir a gran escala, es decir, se puede producir más materia prima en la tierra existente. Además, para minimizar el efecto nocivo de los precios del petróleo y su impacto en los precios de los alimentos, es de suma importancia reducir la dependencia del petróleo en el proceso de producción de alimentos y optar por una producción de energía eficiente fomentando el uso de fuentes de energía alternativas, que pueden ser utilizadas directamente por los sectores de uso final de la cadena agroalimentaria o indirectamente mediante la integración con los sistemas de suministro de energía convencionales. Así, esta diversificación energética en el sector agrícola mejora la seguridad energética y garantiza la seguridad alimentaria con precios asequibles de los alimentos.