La lombriz: la empleada del año

img

Por Elisabeth Casanova García y Jorge Quiroz Valiente

Los organismos del suelo son reconocidos como ingenieros de ecosistemas y clave para la agregación en el suelo debido a la bioturbación (Conjunto de pequeñas perturbaciones en un sedimento, debidas a desplazamientos de organismos vivos: madrigueras, galerías, huellas de excavación o de reptación), la descomposición de materia orgánica (MO) y la excreción de MO biogénico (excretas de organismos del suelo). La actividad de los organismos del suelo es beneficiosa para la su calidad, las funciones y el ciclo de nutrientes. Los organismos conocidos por tener un impacto notable en la estructuración y en la regulación de las propiedades físicas, químicas y microbiológicas del suelo son las lombrices de tierra.

Un enfoque más general debe considerar la actividad y los ciclos de retroalimentación entre la biota del suelo, la liberación activa de MO biogénico por excreción, la interacción del MO biogénico con los constituyentes del suelo, la formación de asociaciones órgano-minerales y cómo éstos se incorporan en estructuras agregadas. La estructura del suelo se define por la forma en que se agrupan las partículas individuales de arena, limo y arcilla. Cuando las partículas individuales se agrupan, toman el aspecto de partículas mayores y se denominan agregados. Especialmente la función de la MO excretada biogénicamente, que es bastante compleja en composición, es controvertida ya que permite o inhibe la agregación. Las propiedades del suelo afectan el número, la actividad y las comunidades de invertebrados en el suelo. Por estos motivos, el número y la condición de invertebrados como las lombrices se toman como indicadores de la calidad del suelo.

Por ejemplo, en los primeros 15 cm de suelos de latitudes tropicales y templadas, los agregados biogénicos representan del 40 al 60 % del peso del suelo. En regiones húmedas, las lombrices de tierra son «ingenieros de ecosistemas» comunes e importantes. En comparación con los insectos sociales como las termitas y las hormigas, que solo provocan modificaciones locales de la estructura del suelo, el procesamiento por parte de las lombrices de tierra “no sociales” está más disperso y no está ligado localmente. Ya Darwin (1881) enfatizó el papel positivo de las lombrices de tierra para la estructura y calidad del suelo. De manera ejemplar, las lombrices cambian la macroporosidad del suelo, descomponen la MO, aumentan el contenido de humus e influyen en los ciclos de energía y nutrientes (p. ej., mineralización y humificación). Durante el procesamiento del suelo, las lombrices de tierra influyen significativamente en la rotación de agregados al destruir los agregados existentes y formar agregados biogénicos (macro y micro). Otros estudios prueban que la estimulación del crecimiento de plantas y raíces debido a las lombrices de tierra está íntimamente relacionada con la formación de agregados del suelo.

Las estructuras del suelo enriquecidas con carbono y las superficies de agregados, como los que se encuentran en la capa superior del suelo, son hábitats potenciales para los microorganismos, la base para la degradación y el recambio de MO. Además, la composición de los agregados, principalmente el aumento de los contenidos de arcilla y MO, corresponde a una mejor estabilidad de los agregados frente al estrés hídrico.

Las hifas fúngicas también están involucradas en la formación de macroagregados por enredos de partículas. Además, la unión de las células a las superficies minerales y la formación de hábitat activo de bacterias aumenta la agregación de minerales del suelo en suspensiones. Los productos microbianos contribuyen al depósito de MO en el suelo y a la formación de agregados. Esto es particularmente relevante si además consideramos la presencia/soporte de lombrices de tierra y plantas, que estimulan las comunidades microbianas mediante la provisión de nutrientes y hábitat así como la dispersión activa de microorganismos dentro del perfil del suelo durante su procesamiento. En comparación, los hongos micorrízicos facilitan la agregación al dar forma a la composición de las comunidades vegetales, el crecimiento de las raíces de la planta huésped y el efecto directo del crecimiento del micelio.

Para mantener su supervivencia en el suelo, las bacterias producen películas de EPS, entre otras cosas, para adaptar las propiedades fisicoquímicas de su entorno mediante la formación de biopelículas de polímeros que proporcionan refugio y son esenciales para la formación y estructuración del hábitat; el polímero microbiano juega un papel crucial en el transporte celular en la fase acuosa, la unión a las partículas del suelo y el aumento de la resistencia contra el estrés ambiental y tóxico.

Así que si alguna vez nos habíamos preguntado de dónde viene la frase “feliz como una lombriz” después de saber todo lo bueno que dejan a su paso… se entiende su felicidad.