En las tres grandes transformaciones que ha tenido nuestro país, el alimento de nuestros patriotas fueron la tortilla de maíz y el chile.
A lo largo de la historia, junto con la calabaza, el maíz y el frijol, el chile conformó la base de la alimentación de las culturas de Mesoamérica.
De acuerdo con diversas fuentes, el chile es originario de México. Y es que evidencias arqueológicas estiman que el chile fue cultivado desde el año 7000 al 2555 a. C. en las regiones de Tehuacán, Puebla, y en Ocampo, Tamaulipas.
Hoy en día se conocen al menos 200 variedades criollas y 64 variedades domesticadas en México para uso en una gastronomía que trasciende las fronteras.
De origen mexicano y signo de la identidad nacional, el chile es un cultivo que requiere para su desarrollo temperaturas templadas y calientes.
*El chile se adapta a diferentes tipos de suelo, pero se desarrolla mejor a profundidades de 30 a 60 centímetros y en suelos franco arenosos, franco limosos o franco arcillosos, con alto contenido de materia orgánica.
*Para favorecer su desarrollo es recomendable un pH superior a 5.5 grados de acidez.
El chile en México ha sido relevante en la alimentación, desde las culturas de Mesoamérica hasta nuestros días, siendo un ingrediente y condimento versátil que se ha convertido en un símbolo cultural de la gastronomía mexicana.
¿Por qué consumirlos?
*Es un ingrediente y condimento versátil que se ha convertido en un símbolo cultural de la gastronomía mexicana.
*Su sabor pungente se debe a los capsaicinoides: primordialmente la capsaicina y la hidrocapsaicina.
*Los chiles presentan colores, formas y tamaños muy variados.
*Pero todos tienen en común sus altos contenidos de vitamina C, si son frescos, vitamina E y ácido fólico.
México cuenta con un inventario de 64 tipos de chiles criollos, de los cuales, 25 se ubican en Oaxaca, 12 en Guerrero, 10 en Puebla, nueve en Veracruz, y el resto en otras entidades.
FUENTE: https://www.gob.mx/agricultura/articulos/mexico-cuna-del-chile?idiom=es