Puntos a tomar en cuenta para evitar la presencia de brucelosis y su efecto en la reproducción bovina

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Por Dr. Alejandro Córdova Izquierdo / Nadia Paola Román Lázaro1 y Alejandro Córdova Izquierdo2 / 1Práctica privada. 2Departamento de Producción Agrícola y Animal /Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, Ciudad de México.

Introducción

Los programas de erradicación en conjunto con la pasteurización de la leche reducen considerablemente la prevalencia de la enfermedad ya que la brucelosis es más prevalente en leche cruda comparado con el queso debido a la fermentación de las bacterias por el pH bajo genera la reducción del crecimiento debido a la competición de los nutrientes (Dadar et al., 2019), así como el cuidado extremo con el manejo de animales al parto o con materiales de aborto dentro del establo y corrales, por lo que los animales infectados deben ser separados y eliminados (Gil, 2001; Dadar et al., 2019). Se recomienda no adquirir animales enfermos y que no provengan de rebaños libres de brucelosis, así como ordeñar primero a las vacas sanas y después a las enfermas para evitar la transmisión de la enfermedad mediante el uso de las mismas copas durante la ordeña (Díaz, 2013).

La lucha contra la enfermedad tiene un costo elevado por la vacunación, el diagnóstico y las pérdidas, no obstante, se debe destacar la importancia del control de la enfermedad, los beneficios de eliminarla rápidamente del hato, así como la importancia de la enfermedad en los animales (y su diseminación) y en el ser humano (Gil, 2001). En áreas endémicas se debe llevar a cabo la cuarentena, dos veces al año (primavera y otoño) y en las áreas no endémicas una, donde los animales deben estar aislados por dos meses y realizar pruebas serológicas, una vez que se encuentra ganado positivo, es necesario procesarlo a tiempo. Si la enfermedad es leve, se debe adoptar un tratamiento de reproducción aislada (Meng y Zhuqing, 2020) las hembras hijas de madres reactoras deben ser castradas y destinarse exclusivamente a engorda, en virtud de que pueden ser portadoras potenciales de la infección, en caso contrario deben muestrearse para pruebas serológicas cada tres meses, a partir de los tres meses de edad hasta cumplir 22 meses de edad o tener su primer parto (SENASICA, 2020).

Los animales diagnosticados con brucelosis deben permanecer en el hato de origen a excepción de que se obtenga el certificado zoosanitario para su movilización, sacrificio en rastro o en caso de zona en control a una unidad de producción controlada, para el inicio de una investigación epidemiológica exhaustiva, debiéndose en forma inmediata muestrear a todos los hatos colindantes, así como a aquellos animales y hatos que entraron en contacto con el o los animales positivos (SENASICA, 2020). Los animales reactores deben ser aislados inmediatamente y sacrificados en un rastro autorizado por la Secretaría, en un periodo de 3 a 10 días después de la comunicación de los resultados. Simultáneamente se debe realizar el procedimiento de limpieza y desinfección de instalaciones y equipo en el predio. Los desinfectantes recomendados para eliminar a la Brucella spp son: Solución de hipoclorito de sodio o hipoclorito de calcio, solución de sosa cáustica al 2%, suspensión de cal recién apagada al 15%, emulsión de creolina al 5%, solución de fenol al 1% (SENASICA, 2020).

El muestreo del resto de los animales se debe realizar en un tiempo no menor de 60 días ni mayor de 90 días después de realizada la prueba inicial y reiniciar el procedimiento de constatación para hato libre. No procederá ningún decomiso de canales o vísceras por causa de brucelosis, excepto cuando así lo indique la Secretaría (SENASICA, 2020). Además de la bioseguridad del personal: uso botas de goma, guantes y gafas protectoras, ropa y botas desinfectadas (3% fenol o 2% de cloro por 30 min) en caso de ropa se debe lavar y hervir durante 30 min, luego de realizar cualquier trabajo con el ganado, así como enjuagar las manos y el material empleado con soluciones de amonio cuaternario o alcohol al 70%, esto con la finalidad de evitar infectar al ser humano y al propio ganado (Gil, 2001).

Vacunación

La vacunación es una faceta extremadamente importante y eficaz de la mayoría de las estrategias de control, sin embargo, puede confundir el diagnóstico al estimular la producción de hipersensibilidad o anticuerpos detectables mediante pruebas serológicas, ya que los títulos de anticuerpos pueden persistir por un periodo largo, además se ha demostrado que hay mayor contaminación de brucelosis en producto lácteos en animales vacunados gestantes (Dadar et al., 2019; Herrán et al., 2020). Por otro lado, se menciona que los signos clínicos, entre ellos el aborto, depende del estado de inmunidad del rebaño, ya que las hembras preñadas no vacunadas son altamente susceptibles y la cantidad organismos eliminados son mayores (Córdova et al., 2007 y 2017). Además, se ha reportado que el efecto del tratamiento farmacológico no es evidente, por lo que la vacunación oportuna es eficaz para reducir los riesgos de infección y aborto, disminuyendo así el riesgo de difusión de la enfermedad (Gil, 2001; Meng y Zhuqing, 2020). Los programas de control y erradicación han logrado bajar notablemente la prevalencia de la enfermedad con una vacunación anual sistémica en hembras susceptibles por el periodo de 4 a 6 años consecutiva (Gil, 2001). Actualmente se dispone de la vacuna REV1 para brucelosis caprina y ovina causada por B.melitensis y la vacuna S19 y RB51 para B. abortus para prevenir la brucelosis bovina (Gil, 2001).

REV 1

Esta vacuna es considerada como la más eficaz contra B. melitensis y en muchos países ha dado muy buenos resultados. Se recomienda su uso cuando exista una infección incontrolada por B. melitensis en poblaciones de rumiantes, sin embargo, aún no se tiene claro su efecto en bovinos (Pascual, 2020).

REV51

Es una vacuna de cepa rugosa RB51 (Herrán et al., 2020), la RB51 no genera la inducción de anticuerpos circulantes como lo hace la cepa 19 (Gil, 2001) se ha reportado que causa un alto número de abortos a causa de placentitis (Fariñas et al., 2016; Lokamar et al., 2020), además la RB51 es patógena para humanos y es resistente a la rifampicina, un antibiótico usado para tratar la brucelosis humana, no obstante, puede excretarse por medio de la leche (Herrán et al., 2020; Pascual, 2020). La RB51 se aplica a terneras y requiere una revacunación en la adultez (vaquilla/vaca) pero el periodo de descarte de leche aún no ha sido establecido en ganado lechero, lo que representa alto riesgo para los granjeros y los becerros, además está asociada a seropositividad en animales (Fariñas et al., 2016; Herrán et al., 2020). La RB51 presenta una mutación constante en ausencia de la cadena O que forma parte de LPS de la membrana, por lo que la vacunación no producirá anticuerpos contra esa cadena, que son los que se detectan constantemente en la prueba de diagnóstico, además genera menor protección que la S19 (Fariñas et al., 2016).

S19

La vacuna con cepa lisa S19, requiere de una única vacunación entre 3 y 8 meses de edad (Herrán et al., 2020), esto como estrategias para que los anticuerpos vacunales no interfieran con el diagnóstico, ya que entre más temprana es la vacunación menos duran los anticuerpos (Fariñas et al., 2016; Pascual, 2020).

De acuerdo con la NOM-041-ZOO-1995 las vacunas utilizadas en la campaña son vacunas vivas, atenuadas y liofilizadas, se deben aplicar por vía subcutánea. Las vacunas utilizadas deben estar elaboradas con la cepa 19 de Brucella abortus u otra que autorice la Secretaría. La campaña utiliza 2 tipos de vacuna 1) cepa 19: una considerada como vacuna en dosis clásica para prevenir la enfermedad en becerras de 3 a 6 meses de edad, y 2) la vacuna dosis reducida para hembras mayores de 6 meses o gestantes, puede aplicarse en hembras a partir de los 18 meses en el caso de que hayan sido vacunadas con la dosis clásica a la edad de 3 a 6 meses y en hembras mayores de 6 meses que no recibieron la vacuna con dosis clásica. Ninguna vacuna debe utilizarse para prevenir la brucelosis en bovinos macho y no debe aplicarse la vacuna cepa 19 a bovinos castrados, sean machos o hembras. La vacuna clásica (Cepa 19) para becerras de 3 a 6 meses de edad deben ser vacunadas con 5 ml (5 x 10 10 UFC/ml). En dosis reducida, debe contener un título de 3 x 10 8 - 3 x 10 9 UFC en 2 mlAl aplicar cualquier vacuna el Médico Veterinario aprobado u oficial debe extender una constancia de vacunación. Todos los animales vacunados contra la brucelosis deben identificarse en forma permanente por medio de un arete metálico o plástico autorizado por la Dirección., el cual debe ser; pendulante de 5-7.5 cm x 5 cm, sin contar el botón del arete de color anaranjado, con los siguientes datos: SAGAR o CONETB, número progresivo y las siglas VAC­BR, así como el año de aplicación de la vacuna o arete (SENASICA, 2020).

Parámetros reproductivos

La vaca que aborta por brucelosis presenta problemas de infertilidad a futuro, alterando de manera negativa todos sus parámetros reproductivos (intervalo entre partos, días abiertos, porcentaje de preñez, natalidad, etc.), que es la forma real como se debe evaluar las pérdidas en la productividad ganadera (Arenas y Moreno, 2016). Durante la fase aguda, las hembras no gestantes y machos pueden presentar signos de enfermedad sistémica, como: fiebre, anorexia y abatimiento, sin embargo, durante la fase crónica estos son asintomáticos, no obstante, generan pérdidas económicas debido al decremento en su rendimiento productivo, mientras que en hembras gestantes se ha reportado que después de un aborto espontaneo es frecuente que se produzca retención placentaria y metritis o un parto pero con la cría poco viable (Fariñas et al., 2016; Meng y Zhuqing, 2020).

Porcentaje de fertilidad

La brucelosis causa infertilidad tanto en hembras como en machos. Las pérdidas en animales son atribuidas directamente a los efectos directos en la descendencia debido al aborto ((Guzmán-Hernández et al., 2016; Lokamar et al., 2020), en un estudio se reportó que las vacas gestantes y en periodo seco que parieron entre una y dos veces fueron más prevalentes para seropositividad para brucelosis (Haileselassie et al., 2011). La fertilidad disminuida se debe a factores del fluido alantoideo como el eritritol, el cual estimula el crecimiento de Brucella y se eleva en el fluido placentario y fetal a partir del quinto mes de gestación hasta después de la gestación donde también hay altas concentraciones de hormonas esteroideas en el útero, favoreciendo la viabilidad de la bacteria (Haileselassie et al., 2011; Fariñas et al., 2016), se han reportado índices de fertilidad del 65-70% en vacas infectadas (Córdova et al., 2017). En el caso del toro infectado puede causar orquitis y epididimitis, ocasionando que la actividad del esperma del toro y la tasa de éxito del apareamiento se reduzca significativamente, en ocasiones, los ganglios linfáticos cercanos aumentan de tamaño, y el pene se enrojece (Meng y Zhuqing, 2020).

Días abiertos

Los días abiertos dependen fundamentalmente de que la involución uterina se de en un lapso adecuado y que se reanude la actividad ovárica, sin embargo, en caso de brucelosis, es común que haya vacas repetidoras cuando el útero está infectado (Lokamar et al., 2020), este se infecta de manera secundaria al aborto y la retención placentaria, generando así vaginitis, metritis e incluso mastitis, prolongando así este periodo (Fariñas et al., 2016; Meng y Zhuqing, 2020).

Intervalo entre partos

La pérdida de terneros debido al aborto temprano o tardío, los mortinatos, muerte temprana de la descendencia, terneros débiles y bajo peso al nacer (Guzmán-Hernández et al., 2016) predominan en animales con brucelosis, lo cual incrementa el intervalo entre partos (Haileselassie et al., 2011), además de favorecer las infecciones uterinas que se puede presentar como consecuencia de una retención placentaria o aborto, alargando así los días abiertos, lo cual representa un efecto negativo en la economía  y por ende generando pérdidas económicas importantes, tomando en cuenta que la rentabilidad se basa en la producción de 1 becerro por vaca al año (Meng y Zhuqing, 2020).

 

Referencia:  Artículo publicado en la edición impresa No. 120 (julio-agosto 2023)

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