Esta raza ovina es un verdadero orgullo de México y un claro ejemplo del potencial que posee nuestro país en el ámbito ganadero. Surgió en 1991 como resultado de cruzar hembras Black Belly y Pelibuey con machos Suffolk, creando así una raza pura con características excepcionales.
Destaca por su pelaje adaptable a diferentes climas, su rusticidad, alta prolificidad y mayor rendimiento cárnico. Estas cualidades lo convierten en una opción ideal para diversos entornos y sistemas de producción, siendo ampliamente utilizado y apreciado en la industria ovina.
En 2021, la Coordinación General de Ganadería y la Asociación de Criadores de Pelifolk establecieron un reglamento para certificar su crianza, garantizando así estándares de calidad y pureza genética en esta raza tan especial. Esta certificación es un paso importante que reconoce y respalda la labor de los productores dedicados a la crianza de Pelifolk.
Además de sus cualidades físicas y productivas, el borrego Pelifolk también tiene un significado histórico y social importante. Durante la época del porfiriato, México fue un importante exportador de ovinos y sus productos, y actualmente, los ovinos contribuyen modestamente a la producción nacional de carne y a la obtención de fibras y pieles, brindando ingresos y proteínas a muchas familias campesinas.
La certificación de esta raza ovina no sólo garantiza su calidad, sino que también resalta su importancia en la diversificación y fortalecimiento de la ganadería mexicana. Es un testimonio del esfuerzo y dedicación de los criadores y productores que trabajan día a día para mantener y mejorar esta invaluable riqueza ganadera.
Gracias al trabajo de las y los agricultores y ganaderos que día a día trabajan incansablemente para mantener y mejorar nuestra riqueza ganadera, como el borrego Pelifolk, podemos impulsar nuestra industria agrícola. Su pasión por la calidad y la excelencia son un ejemplo para todas y todos.