Los ejidos y comunidades, conformados por los poseedores legítimos de los bosques de México, abarcan aproximadamente 53.4 % de la extensión nacional (Morette-Sánchez & Cosío-Ruíz, 2017). Dicha superficie está cubierta principalmente por recurso forestal, el cual, representa una aportación económica importante para ejidos y comunidades.
La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) promueve el financiamiento para empresas constituidas por ejidos o comunidades dedicadas al manejo, aprovechamiento y transformación de los recursos forestales.
El financiamiento es necesario para asegurar el buen manejo, operación, modernización o crecimiento de cualquier negocio. En este sentido, las empresas sociales forestales no son la excepción, ya que el acceso a fuentes de financiamiento permiten que un ejido o comunidad logre constituirse como empresa forestal y optimice o tecnifique sus procesos operativos.
Las fuentes de financiamiento disponibles proporcionan diversas ventajas para una empresa, ya que les permite adquirir maquinaria para la apertura de caminos; facilitar el transporte de madera o la operación de un aserradero para transformarla en diversos productos. Asimismo, el financiamiento ayuda a solventar gastos para la venta de productos e incluso tener con que seguir trabajando posterior al pago de utilidades.
Sin embargo, aunque la inclusión financiera es un derecho para quienes habitan las zonas forestales, el acceso a fuentes de financiamiento, como el crédito, representa diversos retos. Aunque existen créditos diseñados específicamente para el sector agrícola, ganadero, acuícola y forestal, este último es el que menos oportunidad tiene de acceder a los créditos. Asimismo, las grandes empresas privadas del sector forestal concurren más a fuentes de financiamiento con relación a las empresas comunitarias. Esto se debe a que tradicionalmente la industria privada financia las operaciones de la pequeña empresa forestal a fin de que le provea de la materia prima. Este esquema informal es una opción para quienes venden árboles en pie, o pequeños volúmenes de madera en rollo. No obstante, para una empresa en crecimiento puede perderse el objetivo de competitividad, crecimiento y rentabilidad.
De acuerdo con el Informe Anual de Sostenibilidad 2023 emitido por Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) se otorgaron 38 créditos para proyectos forestales equivalente a un total de 89.3 millones de pesos en 2023.
A pesar de los esfuerzos de instituciones como FIRA por impulsar el sector forestal, las empresas forestales comunitarias continúan enfrentando un acceso limitado al crédito, lo que obstaculiza su capacidad para invertir en proyectos sostenibles y mejorar su productividad. Esta brecha financiera limita su potencial para generar ingresos, conservar los bosques y contribuir al desarrollo de sus comunidades. Es fundamental abordar esta problemática para garantizar un futuro próspero y sostenible para el sector forestal comunitario en México.
¿Por qué la participación en la solicitud de créditos formales de las empresas comunitarias es baja?
Una de las razones es que no todo esquema formal está adaptado para las actividades forestales en México. Por un lado, se encuentran las instituciones bancarias comerciales privadas que no incursionan en los créditos rurales o bien, ofrecen condiciones poco favorables como trámites excesivos, estrictos, altas tasas de interés, entre otros.
Además, se suma uno o más de los siguientes factores:
*Las empresas sociales forestales desconocen que existen fuentes de financiamiento.
*Hay una falta de cultura crediticia y educación financiera.
*No manejan conceptos básicos en los procesos de crédito como: tasas de interés, comisión, garantías líquidas, garantías prendarias, amortización, entre otros.
*Se les dificulta acreditar la legal posesión y representación ya que los ejidos y las comunidades tienen propiedad compartida.
*Las financieras tardan en dar resolución del crédito .
*Existe un estatus negativo en buró de crédito.
*Se prefieren los subsidios o créditos a fondo perdido.
*Existe un bajo nivel de orden administrativo y contable.
*El tamaño de muchas empresas forestales comunitarias pequeñas puede hacerlas menos atractivas para las instituciones financiera.
*Dependencia de los ciclos naturales y climáticos, que pueden afectar la producción y los ingresos.
*Escasa oferta de productos financieros diseñados específicamente para las necesidades y características de las empresas forestales comunitarias.
*Ausencia de programas y políticas específicas que promuevan el acceso al financiamiento para el sector forestal comunitario.
*Falta de colaboración entre instituciones gubernamentales, financieras y organizaciones de apoyo para abordar las barreras de manera integral
Por todo lo anterior, actualmente la CONAFOR como institución gubernamental coordina esfuerzos con instituciones de crédito para adecuar esquemas que beneficien a los productores rurales.
Este esfuerzo lo realiza en conjunto con la Banca de Desarrollo, cuya participación se enfoca en los mercados de crédito con la premisa de colocar recursos en sectores con bajo acceso al financiamiento.
Las instituciones de la banca de desarrollo para el sector rural son: Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (FOCIR) y Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA).
La Banca de Desarrollo, con su enfoque en sectores desatendidos por la banca comercial, juega un papel crucial en este proceso, brindando no solo financiamiento, sino también asistencia técnica y capacitación para fortalecer las capacidades de gestión de las empresas forestales comunitarias.
Si eres parte de una empresa forestal comunitaria, no dudes en acercarte a la CONAFOR para conocer las opciones de financiamiento disponibles y recibir orientación sobre cómo acceder a ellas. Recuerda que el crédito puede ser una herramienta poderosa para impulsar el crecimiento de tu empresa, generar beneficios económicos y contribuir a la conservación de los bosques. ¡Infórmate y toma la decisión de acceder a un crédito!