Los burros y las mulas exhiben un comportamiento distinto al de los caballos, lo que requiere más paciencia en su entrenamiento y manejo. Su alta tolerancia al dolor dificulta el diagnóstico de enfermedades según los estándares equinos habituales. Su comportamiento dietético, social y reproductivo es específico. Las mulas pueden exhibir comportamientos únicos, como dificultad para ser atrapadas u oídos sensibles, que a menudo requieren años para superarse o nunca cambiar. Establecer confianza con estos animales puede llevar tiempo. Su comportamiento único genera conciencia sobre la demanda de conocimientos especializados en atención veterinaria. Es fundamental reconocer que los burros y las mulas se comportan de manera diferente a los caballos, evitando así errores de generalización. Trabajar con ellos puede enseñarles a tener paciencia y la importancia de reconocer incluso las más mínimas variaciones de comportamiento como signos de posibles problemas de salud. Los nuevos propietarios y profesionales se benefician al ser conscientes de estas diferencias y aprender a gestionarlas en lugar de luchar contra ellas.
COMPORTAMIENTO NORMAL: BURRO, MULA, BARDOT
Las mulas y los burros son animales de costumbres y reaccionan mal a los cambios en su rutina diaria. Un cambio en el horario de alimentación o la presencia de personal desconocido pueden alterar su comportamiento. Estos animales desarrollan vínculos con sus cuidadores una vez que se establece la confianza. Las golosinas, una voz tranquila y el contacto táctil se pueden utilizar como refuerzo positivo. En general, es más fácil trabajar con burros que con mulas, incluso si no han sido manipulados desde una edad temprana. Las mujeres y los niños de muchos países en desarrollo suelen trabajar con burros, explotando su naturaleza amable pero a veces comprometiendo su bienestar. Las mulas son generalmente más difíciles de manejar, pero a menudo están sujetas a un trato más duro.
Las interacciones humanas con las mulas varían de muy buenas a muy malas. Quienes entienden el comportamiento de las mulas suelen preferirlas a los caballos. Las mulas que se manejan correctamente desde una edad temprana son más tolerantes con el personal desconocido. Las preferencias de los propietarios por mulas y burros varían según su uso, creencias y experiencias. Diferenciar el comportamiento normal del anormal es esencial para brindar atención profesional a estos animales, ya que su naturaleza estoica puede enmascarar el dolor. Las mulas y los burros pueden sufrir cólicos y cojeras, aunque a veces esto se malinterpreta. Rodar es un comportamiento normal para ellos, pero su frecuencia y duración pueden indicar problemas de conducta o de salud.
Fuente: https://www.mulequipeut.com/es/post/una-aproximaci%C3%B3n-a-la-etolog%C3%ADa-de-las-mulas