Alimentación y Nutrición en Abejas

img

Por Dra. Blanca Patricia Castellanos Potenciano/INIFAP-Agro Región

“Alimentar no es nutrir” Para iniciar el tema es importante que aclaremos esta frase de inicio, por lo tanto, debemos comprender que, si bien ambos términos pueden parecer lo mismo, al buscar su significado, podremos darnos cuenta de que estas palabras son diferentes una de la otra. Por una parte, alimentar se refiere a la acción de proporcionar alimentos a un ser vivo, desde la obtención y la preparación de los productos hasta su ingesta. Por otro lado, en cuanto a nutrir, se refiere a la acción de proporcionar nutrientes necesarios al organismo, de manera que sean transformados en elementos aprovechables por el cuerpo.

Al llevar un sistema de producción con animales grandes o pequeños, estos dependen de nuestro manejo para su desarrollo, por lo que es importante ocuparnos de su nutrición. En la apicultura se trabaja con especies pequeñas, famosas por su miel y la reacción que producen tras una picadura. Por esto, un apicultor debe considerar las necesidades de nutrición que requieren sus abejas, para que estas puedan trabajar en la producción de forma saludable. 

Dependiendo de la región apícola en la que nos encontremos, serán las necesidades de alimentación complementaria que van a requerir las abejas. En el país habrá regiones, con suficiente floración disponible durante todo el ciclo de producción que las abejas no requieran complementar su alimentación; sin embargo, en la gran mayoría del territorio, donde, la floración está muy marcada por las estaciones del año, el apicultor debe practicar una alimentación complementaria, que ayude a las abejas a mantenerse durante ese periodo de estiaje. Para esta práctica, es necesario que el apicultor nutra a sus abejas, no solo con un complemento energético, jarabes dulces elaborados a base de azúcar o con alta fructuosa. Sin embargo, para poder estar saludables, las abejas requieren una dieta con otros nutrientes que también son tan importantes como los que proporcionan esos energéticos, a base de azúcar.

Requerimientos nutricionales de las abejas

Las abejas como todo ser vivo necesitan de proteínas, carbohidratos, minerales, grasas, vitaminas y agua, para el desempeño de sus funciones vitales en las diferentes etapas de su vida (Cuadro); los cuales obtienen durante la recolección o pecoreo del néctar, polen y agua. Por lo tanto, no pueden mantenerse saludables si solo les proporcionamos jarabes de azúcar o si fueran ustedes, ¿estarían sanos tan solo bebiendo agua endulzada con azúcar?

Cuadro. Necesidades de las abejas en diferentes etapas.

 

En el cuadro observamos que, las necesidades de proteínas en la colmena son importantes en diferentes etapas de la abeja, desde el óptimo desarrollo de las larvas hasta la postura de la reina. De forma natural, las proteínas se obtienen del polen que recolectan, las abejas en las diversas flores que visitan alrededor de los apiarios. Por lo que, al presentarse escases de floración, también habrá escases de polen, por lo que en ese momento es necesario alimentar y nutrir a las abejas con complementos que contengan las proteínas necesarias.

En la nutrición proteica, debemos comprender que las proteínas son moléculas formadas por cadenas lineales de aminoácidos, que participan en el buen funcionamiento del cuerpo de la abeja. Cada proteína es diferente, esto se debe a los aminoácidos que forman esas cadenas lineales. Por lo tanto, el valor biológico nutricional de las proteínas dependerá de la variedad y cantidad de aminoácidos que contengan, ya que cada aminoácido tiene una función nutricional diferente. Quizá lo que acabamos de leer, sea un poco aburrido (anímense a leerlo de nuevo), pero es importante que se comprenda muy bien, ya que en esas líneas se basa la idea de una buena nutrición en las abejas.

En la actualidad con el acceso más fácil a internet, podemos ver una gran cantidad de recetas para la alimentación proteica. Existen recetas que prometen ser excelentes en el periodo de estiaje de polen, un ejemplo de ello es, el plátano maduro colocado en las colmenas o las tortas hechas con hojas del árbol de  moringa y de ramón; algunas hasta con pastas de frijol y garbanzo, por mencionar las más curiosas; también hay otras  que incluyen  ingredientes más novedosos como la levadura inactiva de cerveza (ojo, no es la levadura activa para pan) y las más popular en Estados Unidos, las proteínas de macro y micro algas marinas, como la espirulina y el agar. Pero, ante todo este mar de recetas e ingredientes ¿cuál es la que se debe utilizar?

Debemos utilizar la que nuestras abejas necesiten y se adapte a nuestro presupuesto, recordemos que los recursos económicos que se destinen en alimentación y nutrición son una inversión y no un gasto, ojo con esto, “pasarnos de ahorrativos o tacaños, no siempre es la mejor opción”. Entonces para elegir la mejor opción para nutrir a nuestras abejas debemos conocer las proteínas que contienen esos ingredientes. Para llevar un orden iniciamos por mencionar que contamos con tres fuentes de proteínas que podemos utilizar para nuestras abejas.

La primera fuente, son las proteínas de origen animal, como es el huevo deshidratado y la leche en polvo desengrasada o descremada, ambos alimentos con alto valor biológico nutricional; ya que poseen un 36 % de proteínas compuestas por más de 20 aminoácidos, el huevo deshidratado por si solo posee más de 500 aminoácidos.

Como segunda fuente tenemos las proteínas de origen vegetal. En este grupo, son conocidas las harinas de maíz, trigo y yuca, que poseen entre un 10 y un 12% de proteína; así  también, las hojas de algunos árboles forrajeros como la “moringa” y el “ramón” que poseen entre un 15 y un 25% de proteína compuestas por no más de 10 aminoácidos (comparadas con las proteínas de origen animal, su valor biológico nutrimental es menor) y ojo estas plantas al ser forrajeras, contienen un alto contenido de fibra no digerible, por lo que a las abejas les va a costar trabajo, realizar el proceso de digestión (las abejas no son vacas).

La tercera fuente, son las proteínas cuyo origen son los microorganismos, como las levaduras de cerveza (inactivas) que poseen más de 43% de proteína, compuestas por más 18 aminoácidos, similar a las proteínas extraídas de micro y macroalgas marinas, que por sus altos costos son las proteínas menos accesibles.

Ahora, para que las abejas trabajen de forma saludable requieren una alimentación que contenga mínimo un 25% de proteínas compuestas por 16 aminoácidos, por lo tanto, ya se habrán dado cuenta, que las proteínas de origen vegetal son las que menos cumplen con estas necesidades de nutrición. Sin embargo, como les había mencionado la inversión que realicemos en la nutrición de nuestras abejas depende de nuestro capital económico., por lo que quizá no siempre podemos invertir en ingredientes, de costo elevado. Por ello, una alternativa puede ser combinar diferentes fuentes de proteína vegetal con alguna de proteína animal. Pero, si por economía elegimos una fuente de proteína como las hojas de especies forrajeras como la moringa, debemos estar conscientes que no estamos aportando todos los nutrientes que la abeja requiere para el desarrollo de la cría y una buena postura de la reina; por lo que, debemos considerar adicionar otros ingredientes que nos ayuden a enriquecer el alimento. Así, podemos evitar llegar a la siguiente temporada de cosecha con abejas desnutridas, pero ojo, tampoco es el fin del mundo. A veces es mejor tener algo que nada, y aunque sean abejas un poco mal nutridas, es preferible mantenerlas con algo de alimento a que mueran de hambre o enjambren.

Por lo tanto, al preparar la alimentación de complementación proteica, debemos considerar varios elementos como, la fortaleza de nuestra colmena, la floración del siguiente ciclo, así como las condiciones ambientales de temperatura y humedad; esto nos permitirá tomar una decisión sobre el tipo de alimentación proteica que requieren las abejas, la cantidad y el tiempo que estaremos alimentando. Otra recomendación es acudir con los técnicos de nuestra localidad o con los investigadores del INIFAP, donde se les puede brindar asesoría. De esta manera tendremos abejas saludables para la siguiente floración e incrementar las posibilidades de tener una mejor producción de miel.