Por Ricard Sabatés Quivira.
Cuando adoptamos a un cachorro de gato tenemos la obligación de orientarle hacia un comportamiento correcto para que su convivencia con nosotros sea agradable y él sea una mascota educada y feliz en nuestro hogar. No es nada agradable que muerda o que destroce tus muebles. También será importante enseñarle a usar el arenero.
Los gatos son inteligentes y enseguida captan lo que pretendemos enseñarles. Sin embargo, su naturaleza juguetona y su temperamento vivaz debe educarse de forma idónea y positiva. Ya sea un siamés, un gato europeo o un gato sin raza, debes seguir una línea para ello.
La llegada del gatito a casa
El primer día de la llegada a casa del cachorro será fundamental. Durante este corto período debemos mostrarle mucho afecto a nuestro pequeño amigo para que confíe plenamente en nosotros y se muestre receptivo a la hora de aprender. Caricias y palabras en tono amable harán que el gatito ronronee, mostrando así su complacencia. Cuando nos lama será la señal de que ya nos considera de su familia. Otra acción primordial será enseñarle la ubicación de todos sus objetos personales: los juguetes, la cama, el comedero, el bebedero y el recipiente con arena. Enseguida aprenderá a utilizarlos. También debe disponer siempre de agua limpia y fresca, que renovaremos de forma frecuente. Una vez el gato se muestre adaptado a su nuevo entorno, será el momento de empezar a enseñarle algunas cosas que te explicamos a continuación para que sepas cómo educar a un gato desde que es pequeño.
Educar a un gato a usar el rascador, el arenero y los juguetes
Es recomendable disponer de un rascador desde el primer día y motivarlo para que juegue con él de forma regular para que vuestro gato aprenda a usarlo. Para ello, podemos elegir un rascador dinámico, que incluya juguetes y otros objetos. Si no, bastará con estimularle nosotros mismos, de esta forma evitaremos la destructividad hacia los muebles del hogar. Puede ocurrir que el gatito aprenda a afilarse las uñas en el sofá, y que lo haga cuando te marches de casa. En este caso, seguiremos motivando al gato para que juegue con el rascador y le premiaremos cada vez que lo haga para reforzar la conducta. Podemos utilizar premios de comida sabrosos o caricias y palabras amables.
Enseñarle a utilizar el arenero es otra de las tareas primordiales que debemos enseñar a un gatito. Debemos elegir uno que tenga fácil acceso y le llevaremos hasta allí después de comer, al despertarse o después de una sesión intensa de juegos. Cada vez que lo haga bien le premiaremos y, si hiciera sus necesidades en otro lugar de forma frecuente, desplazaríamos el arenero hasta esa zona para poder felicitarle luego. Al gato pequeño se le deben proporcionar juguetes para que aprenda a "cazar". Ratones de trapo, pelotas pequeñas, sonajeros emplumados, etcétera. Con juguetes muy simples, muchos de los cuales puedes confeccionar tú, el gato se lo pasará estupendamente.
Si tú le lanzas los objetos llegará el punto en que te los traerá con la boca para que puedas lanzarlos de nuevo. Si quieres algunas ideas no dudes en visitar nuestro artículo sobre juguetes para gatos pequeños. Recuerda que la clave para motivarle a jugar es estar presente en el juego. Si no pasamos tiempo con él, pronto se aburrirá con los juguetes que tiene. Todos estos elementos forman parte del enriquecimiento ambiental de los gatos, imprescindible para una correcta educación y, en general, para mantenerlo bien estimulado y motivado. Además de ofrecer juguetes variados que le permitan desarrollar sus instintos de forma positiva, incluir diversos rascadores en el hogar y disponer areneros para que haga sus necesidades, es muy beneficioso para ellos proporcionar espacios en los que puedan esconderse. A los gatos les encantan las cajas de cartón y para ellos suponen uno de sus escondites favoritos. Podemos simplemente dejarle distintas cajas por el hogar o aprovecharlas y construir una casa que le permita, también, descansar mientras se siente seguro.
Educar al gato a no arañar o morder
Por naturaleza a los gatos pequeños les gusta pelearse con las manos, atacando con uñas y dientes los dedos. Es conveniente que pierdan esta costumbre innata lo antes posible, que podría convertirse en un molesto vicio. Lo ideal es seguir este paso a paso:
>Cuando el gato es aún muy pequeño, antes de las tres semanas de edad, debemos permitirle que mordisquee y explore, ya que es propio de esta etapa y fundamental para su conducta exploratoria.
>A partir de las tres semanas, cada vez que el gato nos muerda o arañe emitiremos un pequeño chillido y dejaremos de jugar con él. Ya que el juego es algo muy importante en esta etapa, el gato empezará a relacionar el fin del juego con su actitud arisca.
>Evita sobreexcitar a tu gatito para que no tienda a morder o arañar.
>Utiliza juguetes tipo caña de pescar para que tu gato aprenda que estos objetos sí puede arañarlos y morderlos si lo desea. Recuerda que esta es una conducta normal en los gatos y que debemos permitir que la muestre si lo desea, eso sí, siempre hacia sus juguetes.
El gato acechante
El gato es un felino que su naturaleza atávica le empuja a cazar al acecho. Por este motivo cuando son pequeños les gusta esconderse y saltar súbitamente sobre tus pies cuando pasas por su lado. Es una costumbre que pierden relativamente pronto, ya que en más de una ocasión los pisas sin querer y pronto se dan cuenta de que tú no sabes jugar a víctima dócil, demostrándolo de forma muy dolorosa.
Lugares peligrosos
Es muy importante que el gato asocie la cocina como un lugar "tabú". Existen varios motivos: el más importante es que un tropiezo con él puede ocasionarte mucho daño a ti o a él; el otro es que si es un gato ladronzuelo puede robarte algo suculento, o causar algún estropicio. Los fuegos, el horno y los cuchillos son elementos que él desconoce que pueden hacerle mucho daño. Especialmente si el gato ha mostrado interés en este lugar, situaremos el comedero y el bebedero en otra zona de la casa, privándole el acceso a esta habitación. Será muy útil también para los gatos "basureros" que adoran husmear la cocina. En este sentido, es muy importante resaltar que a los gatos no les agrada tener los cuencos de comida y agua cerca del arenero, son animales muy pulcros y, por tanto, prefieren tener las distintas zonas separadas entre sí.
Educar mediante el refuerzo positivo
Los gatos pequeños son traviesos, y aún más cuando son "adolescentes". Por este motivo es muy importante conocer algunas técnicas a emplear, como es el caso del refuerzo positivo en los gatos, muy útil a la hora de aprender cómo educar a un gato desde que es pequeño.
>Premia a tu gato con comida, palabras amables o caricias siempre que muestre una conducta que te agrada, para que entienda que eso es positivo y que debe hacerlo.
>Si a tu gato le gusta arañarte para demandar tu atención, ignórale por completo, para que aprenda que arañando no consigue ningún resultado. Por el contrario, deberás premiar el buen comportamiento, como acercarse hacia ti de forma relajada.
>Evita castigarle o regañarle cuando muestre una conducta que no te gusta. En ocasiones, los gatos demandan atención y, aunque le acabes castigando, seguirán intentándolo pues su objetivo es tu atención. En este caso deberás pasar más tiempo con él y dedicarle juegos o caricias.
>Puedes utilizar el No en alguna ocasión, pero únicamente si pillas a tu gato "con las manos en la masa" de lo contrario regañarle no sirve de nada. Aun así, te recomendamos emplear únicamente un tono de voz grave, no debes utilizar nunca el castigo físico, acorrarle o hacerle pasar miedo.
Fuente: https://www.expertoanimal.com/como-educar-a-un-gato-desde-que-es-pequeno-20963.html