Importancia del agua en los cultivos de Tabasco

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Por: Eder Ramos Hernández Campo Experimental Huimanguillo, CIRGOC-INIFAP. [email protected]; Blanca Castellanos Potenciano Campo Experimental Valles centrales CIRPAS-INIFAP

El agua es la base de la vida en el planeta tierra, forma parte de todos los ecosistemas, principalmente en los marinos y humedales, característicos de México y en especial de Tabasco. Es un elemento básico para el sistema de producción alimentario, por lo que la compresión de sus ciclos y disponibilidad, son necesarios para el éxito de la agricultura. Esto se demuestra, desde la cultura Olmeca y Maya, quienes desarrollaron importantes conocimientos climáticos al pronosticar lluvias, sequias; así, como inundaciones, que les permitieron desarrollar avances en la agricultura del estado de aquel entonces.

En 2019, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) reporta que el estado de Tabasco contaba con una superficie sembrada con más de 265 mil hectáreas de cultivos, de las cuales, tan solo el 3% contaba con riego.  Por lo tanto, estas cifras demuestran que la gran mayoría de los cultivos cíclicos y perennes en Tabasco son producidos en condiciones de temporal. Esto evidencia que casi la totalidad del sector agrícola del estado es vulnerable a las variaciones de precipitación y a las altas temperaturas, características del estado. Las cuales, en conjunto provocan alteraciones en la disponibilidad de agua en el suelo; como la evapotranspiración, que se incrementa con las altas temperaturas, lo que puede producir disminución del volumen de agua que escurre e infiltra en el suelo. Lo anterior, afecta de forma negativa la disponibilidad natural media del agua para los cultivos. Finalmente, se traduce en pérdidas de cosechas (daño directo), así como, el abandono de la actividad (daño indirecto).

Ante este panorama, se observa que los cambios de patrones en la precipitación   tienen un impacto importante en la producción estatal; ya que la disminución o exceso de agua, genera estrés en los cultivos principalmente en el de temporal, con permanente incertidumbre la producción de alimentos en el estado.

Con una población de 2.4 millones de personas para Tabasco, la disponibilidad del agua es fundamental para mantener la seguridad alimentaria con riego, porque 97% de la producción de cultivos cíclicos y perennes viene de tierras sin riego.  Debido a que el riego proporciona agua suplementaria para la agricultura en las épocas donde las lluvias no son suficientes. Así, la aplicación de agua durante el desarrollo de los cultivos influye en el rendimiento y calidad de los frutos. Cabe señalar, que los frutos están compuestos entre un 70 y un 90% de agua, por lo cual, son susceptibles a retrasar su madures y reducir su rendimiento cuando sufren estrés o daño por falta de agua al principio de su desarrollo. En caso contrario, la calidad del fruto se puede ver afectada cuando este estrés se presenta en las últimas etapas de desarrollo antes de la cosecha.

El riego en Tabasco se puede considerar de poca importancia en el sentido que solo hay 6, 848 has cultivadas con estos sistemas. Algunos cultivos en el estado que se están trabajando con sistemas de riego, es el de cultivo de plátano, limón, arroz, piña, caña y papaya (Tabla 1), sin embargo, la mayor parte de estos cultivos siguen siendo de temporal, por lo que se requiere implementar estrategias de adaptación que ayuden superar los períodos de sequías.

Algunas de estas estrategias para incrementar el agua almacenada en el perfil del suelo y reducir su evaporación, pueden ser acciones como el acolchado, la utilización de residuos vegetales y la inducción del desarrollo temprano del cultivo; también, optimizar el patrón de uso de agua estacional disponible, regar en las etapas más sensibles al estrés hídrico, así como incluir variedades resistentes a sequias de cada cultivo.

De esta forma queda demostrada la importancia e impacto de la disponibilidad del agua en el sector agrícola, no solo de Tabasco, si no a nivel mundial. Por lo que es necesario que los agricultores, busquen asesorarse con los técnicos de su localidad o con las instituciones de investigación en el sector como INIFAP, para trabajar de forma conjunta en las soluciones apropiadas, para el estrés hídrico en los cultivos.