Identificación botánica de mieles

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FE DE ERRATAS: Por error en la versión impresa de la edición No. 106, se escribió mal el nombre del autor de este artículo, por lo cual pedimos una disculpa y rectificamos a través de la publicación por este medio digital.

Por Dra. Blanca Castellanos Potenciano /INIFAP-CIRPAS

Las abejas son excelentes agentes polinizadores, atraídas por el néctar y el polen, aprovechan una amplia gama de plantas en un área determinada. A ese conjunto de plantas de las que se alimentan las abejas es llamada “flora melífera”, la cual puede identificarse, por diferentes técnicas de laboratorio, entre los que destacan los estudios llamados melisopalinológicos.

Para entender en qué consisten estos análisis, recordemos que algunas flores, poseen granos de polen de diferente color, que por lo general vemos en colores como el amarillo, anaranjado, café, incluso negro. Cuando las abejas recolectan el néctar para la formación de miel, también recolectan granos de polen, que son la fuente de varios nutrientes que las abejas necesitan (proteínas, vitaminas y minerales); por esto, las abejas lo toman de las flores, lo apelmazan y forman paquetes de mayor tamaño (conocido como carga de polen o polen corbicular) para poder transportarlo a la colmena. Por la forma de recolección que realiza la abeja, el transporte y almacenamiento en la colmena, estos granos se combinan accidentalmente con el néctar que será transformado en miel y así esta es una de las formas como los granos de polen de las plantas llegan a la miel.

Ahora, la melisopalinologa, (de nuevo y más despacio Meliso-palino-logia), aunque parece un trabalenguas, es el nombre de una disciplina botánica que se encarga de identificar los granos de polen contenidos en la miel, así como en las cargas de polen corbicular, lo que brinda información sobre las plantas que le dieron origen a la miel, estableciendo parámetros de calidad con base en la representatividad de cada tipo polínico contenido en una muestra, además que permite conocer cuáles son las plantas que integran la flora melífera de una región. Una vez que se identifican los granos de polen, estos son contabilizados en una muestra y de esta forma, se puede saber si las mieles son monoflorales o multiflorales.

Por esto, en la apicultura es primordial el conocimiento y conservación de la vegetación ya que de ello depende el manejo y asentamiento de las colmenas, ya que serán la materia prima para la alimentación de las abejas y para la producción de miel. Debido a que en nuestro país gran parte de la miel que se comercializa se combina, la mayoría de las mieles mexicanas se venden como mieles multiflorales, esto no es que sea malo, las mieles multiflorales son muestra de la riqueza botánica que existe en las regiones apícolas. Sin embargo, las mieles monoflorales pueden alcanzar un mayor valor en el mercado, por las características que presentan y, en México existen diferentes mieles monoflorales con características muy apreciadas en el comercio internacional; como por ejemplo la miel Dzidzilche (Gymnopodium floribundum) y Tajonal (Viguera dentata) en la península de Yucatán, valiosas por su color y sabor; de igual forma la miel Azahar, proveniente de las flores de los árboles de naranja y limón (principalmente) característica de las regiones citrícolas del país como Veracruz, estas mieles suelen ser muy aromáticas, por lo que su valor es mayor en el mercado; también hay mieles de la flor de aguacate característica de Michoacán y Guerrero; mieles de manglar, las cuales son mieles muy obscuras y con un sabor exótico. Por lo que podemos observar que cada región apícola, puede tener un potencial para mieles diferenciadas en multiflorales o monoflorales, según las plantas presentes en cada zona y que le dan origen a la miel.

Por su gran riqueza y abundancia de especies botanicas tanto nativas como introducidas Tabasco, es un laboratorio único para investigar el papel ecológico y económico que juegan las abejas en el trópico húmedo y con gran potencial para producir miel. De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural, en el 2019 el estado mantuvo una producción aproximada de 399 mil 366 toneladas de miel, demostrando que poco a poco la producción se ha ido incrementando.  Para un mayor conocimiento de la producción de miel en el estado y conocer con mayor exactitud las plantas que sirven de alimento a las abejas, puede utilizarse los análisis melisopalinológicos. Un ejemplo de esto es un estudio realizado por Castellanos-Potenciano et. al. (2012) con mieles de algunos municipios del estado en donde, a través de análisis melisopalinologicos, se identificaron especies potenciales para producir mieles monoflorales, de especies como la zarza (Mimosa albida) en el municipio de Centro, guarumo (Cecropia obtusifolia), para el municipio de Cárdenas, coco (Cocos nucifera) en Paraíso y palo mulato (Bursera simaruba) en el municipio de Tenosique.

Todas estas especies si bien se encontraron en las muestras que se tomaron en cada municipio, son plantas que también se encuentran distribuidas en casi todo el estado, por lo que a nivel estatal se tiene el potencial de producir mieles de estas y otras especies.

Así, en años recientes se ha despertado el interés por darle a la apicultura de Tabasco una nueva dimensión, además del manejo, a través de determinar el origen floral de sus mieles mediante análisis melisopalinológicos; importantes para lograr una mejor comercialización de la producción de miel, además de los análisis físicoquímicos que por reglamentación vigente se deben realizar. Por esto, los apicultores deben de considerar, no solo comercializar la miel de forma combinada como miel multiflora, si no también innovar en la comercialización de mieles monoflorales, con características únicas que le brindan las plantas que le dan origen; lo que podría otorgar a la miel un valor agregado que beneficie a los apicultores del estado.

De esta forma para obtener más información sobre este tema, te recomendamos consultar con algún técnico de tu localidad y con investigadores del INIFAP, que en este año cumple 35 años apoyando el campo mexicano, por lo que podrán brindar una mayor orientación sobre este tema y otros, relacionados al sector agropecuario.

 

Fuente: Edición No. 106 revista AGRO REGIÓN