Enfermedades de las gallinas y sus síntomas.

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Existen un gran número enfermedades y parásitos que pueden afectar a las gallinas. Es fundamental aprender a reconocer sus síntomas, para detectar su aparición de forma pronta. Veremos que muchas patologías van a manifestarse a través de signos clínicos muy parecidos, por lo que es importante que contemos con un veterinario experto para poder llegar a un diagnóstico correcto. También será este el profesional adecuado para informarnos sobre las mejores medidas preventivas.

¿Cómo saber si una gallina está enferma?

Antes de empezar, será fundamental hacer un repaso entre los síntomas de las enfermedades de las gallinas, así, las manifestaciones más comunes que indican que estamos ante una posible patología son:

Anorexia, es decir, la gallina no come ni tampoco bebe, aunque otro signo de enfermedad es beber en exceso.

Emisión de secreciones por la nariz y por los ojos.

Respirar haciendo ruido.

Tos.

Ausencia o disminución en la puesta de huevos o que estos aparezcan deformados o con la cáscara debilitada.

Diarrea con mal olor.

Una gallina enferma no se mueve como acostumbraba, está en letargo.

Alteraciones en la piel.

Mal aspecto de las plumas.

La gallina no reacciona a estímulos que deberían resultarle interesantes.

- Se esconde.

 -Adelgazamiento.

- Dificultades para mantenerse de pie.

Por último, una situación muy habitual es encontrar gallinas desplumadas y preguntarnos qué enfermedad es. Pues bien, puede deberse a una alimentación inadecuada, el picoteo de otras gallinas si viven en comunidad, la muda fisiológica, el estrés o algunas enfermedades. Es decir, la falta de plumas es un síntoma y no una enfermedad en sí misma.

La coccidiosis: es la principal causa de muerte de los pollitos. Se trata de una enfermedad parasitaria del tracto digestivo muy contagiosa. Las heces van a presentar sangre. Otro trastorno que involucra al sistema digestivo es la obstrucción, que puede llegar a impedir la defecación. Se debe a estrés, cambios de temperatura, mal manejo, etc. Hay que reajustar la dieta y limpiar la cloaca.

Los pollitos también pueden presentar tortícolis, de forma que son incapaces de mantener la cabeza erguida. Además, caminarán hacia atrás. Puede deberse a una deficiencia de vitamina B, por lo que esta debe aumentarse en la dieta. Hay que vigilar que el pequeño pueda comer y que no sea pisoteado por sus congéneres, si vive en comunidad.

Enfermedades hereditarias

También pueden apreciarse enfermedades de las gallinas en el pico. Son deformidades que parecen ser genéticas y empeoran con el crecimiento. Pueden desembocar en dificultades para alimentarse, por eso debemos vigilar que el animal consigue comer, ofrecerle comida blanda, elevar el comedero, etc. Las alteraciones también pueden aparecer en las patas. Por ejemplo, estas pueden deslizarse hacia los lados de forma que el polluelo no consigue andar ni ponerse de pie. Puede deberse a errores en la temperatura de la incubadora o a un déficit de vitaminas. Un suelo no deslizante y un vendaje para mantener las patitas unidas son parte del tratamiento.

Enfermedades respiratorias

Por último, otras enfermedades de los pollitos que destacan son los problemas respiratorios, a los que los polluelos son muy susceptibles, manifestando un cuadro de mayor o de menor gravedad. Secreción ocular y nasal, tos o estornudos son los síntomas más habituales. Se hace imprescindible mantener la higiene.

Hay que tener en cuenta que los pollitos son más delicados, lo que significa que las enfermedades pueden presentarse de una manera más grave. Por ejemplo, los ácaros pueden matar a un polluelo por la anemia que llegan a originar.

 

Fuente:https://www.expertoanimal.com/enfermedades-de-las-gallinas-y-sus-sintomas-24365.html