Los probióticos en la salud y desempeño productivo de los rumiantes

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Por Alvar Alonzo Cruz-Tamayo1, Francisco Alejandro Méndez Ortíz1

1 Escuela Superior de Ciencias Agropecuarias. Universidad Autónoma de Campeche. México

Agro Región

Hoy en día, los probióticos se utilizan ampliamente como aditivos en el alimento durante la crianza de aves, cerdos, peces y rumiantes para mejorar el rendimiento de la producción mediante la optimización en la digestibilidad, absorción de nutrientes y conversión alimenticia. También para la prevención de enfermedades mediante la estabilización del microbiota del tracto gastrointestinal, por tener una acción antagónica con los microorganismos patógenos. La definición actual dada por la FAO es que los probióticos son microorganismos vivos que, cuando son administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficio en la salud del hospedero. Varias especies microbianas se consideran probióticos, hongos como saccharomyces y aspergillus; bacterias como lactobacilos, lactococos, enterococos, estreptococos, bacillus y bifidobacterium.

Las levaduras pueden mejorar las condiciones de anaerobiosis en el rumen, esta condición estimula el crecimiento y la actividad enzimática de bacterias celulíticas, lo cual tiene un efecto positivo en la síntesis de proteína microbiana, la digestibilidad de la fibra y la producción de ácidos grasos volátiles. Por consiguiente, se espera un incremento en el consumo de alimento y un aumento en la cantidad de nutrientes absorbidos y, por tanto, una mejora en la eficiencia de utilización del alimento, que se traduce en productividad animal. Las levaduras también promueven el crecimiento de bacterias que utilizan el ácido láctico en su metabolismo reduciendo su concentración en el rumen, disminuyendo el riesgo de acidosis y estabilizando el pH ruminal en valores adecuados que favorecen la actividad celulolítica. También, las levaduras utilizan almidones y azucares para su metabolismo y los captan del medio ruminal, evitando así que estos sustratos sean empleados por microorganismos ruminales productores de ácido láctico. Finalmente, se ha observado que las levaduras pueden utilizar hidrógeno y reducir así su disponibilidad para la formación de metano por las arqueas metanogénicas.

Las bacterias utilizadas como probióticos poseen mecanismos de acción como la exclusión competitiva de bacterias patógenas mediante la colonización y adhesión en la mucosa intestinal, la desactivación de determinadas toxinas, la reducción de la concentración de oxígeno, la promoción de la función de barrera gastrointestinal, la regulación de la permeabilidad del epitelio intestinal y el desarrollo del mismo, la inducción de la actividad enzimática durante la digestión y la absorción de nutrientes, así como diversos efectos inmunomoduladores.

Se sabe igual que muchos lactobacilos producen metabolitos que tienen un efecto inhibidor actividad contra Salmonella, Shigella, Staphylococcus, Proteus, Klebsiella, Pseudomona, Escherichia coli enteropatógena. Respecto al efecto inmunomodulador, las bacterias probióticas pueden estimulación el sistema inmunológico y ayudar en la regeneración de la mucosa intestinal. Está comprobado que los probióticos pueden mejorar la producción de inmunoglobulinas y potenciar la actividad de los macrófagos y células asesinas naturales. También puede regular la producción de citocinas antiinflamatorias y proinflamatorias.

 

Respecto a los efectos de los probióticos en diferentes fases de la producción de rumiantes, tenemos que, en rumiantes jóvenes en pre-destete, donde el rumen aún no es completamente funcional, el objetivo de la aplicación de probióticos es estabilizar el microbiota gastrointestinal para disminuir el riesgo de colonización de patógenos en el intestino, para disminuir diarreas y facilitar un destete exitoso.

En rumiantes destetados, tanto en crecimiento como adultos, se entiende que el tracto gastrointestinal está habitado por una microbiota estable y bien establecida. Se han promovido los probióticos para rumiantes destetados por su capacidad para manipular el microbiota del rumen para restaurar o mejorar la estabilidad de la fermentación. El pH del rumen se usa comúnmente como una medida general de esa estabilidad.

Las bacterias productoras de ácido láctico como Enterococcus y Lactobacillus se han utilizado con éxito para mejorar el rendimiento de las vacas lecheras adultas. Se sugiere que estas bacterias benefician a la vaca al promover, a través de un suministro constante de ácido láctico, una actividad estable de bacterias que utilizan lactato, cuya presencia reduce el riesgo de acidosis ruminal subclínica sobre todo cuando los animales son alimentados con dietas muy concentradas, como en las vacas en lactancia temprana o animales en engorda. Las evaluaciones de probióticos en rumiantes en crecimiento han involucrado principalmente a corderos. En la mayoría de los estudios encontró mejoras en la tasa de crecimiento que va de 3.4% a 28.3% respecto al control.

Veamos ahora, los efectos de probióticos en la producción y composición de la leche. Los probióticos que se agregan en el alimento de las vacas, ovejas y cabras durante la transición de la gestación a la lactancia, o al comienzo de la lactancia, para incrementar la producción y la calidad de la leche. El aumento en la producción de leche después de la suplementación con levadura puede atribuirse a un aumento del consumo de materia seca, en el flujo de proteínas microbianas y por lo tanto de aminoácidos disponibles en el duodeno y el hecho de que la suplementación con levadura puede actuar como fuente de vitamina Complejo B. El aumento en contenido de grasa láctea en animales suplementados puede atribuirse a un incremento en el total de la población bacteriana y microorganismos celulolíticos en el rumen, que mejoran la digestibilidad y fermentación de la fibra y consecuentemente aumentan el contenido de grasa de la leche. Los trabajos de investigación reportan incrementos importantes en el volumen de leche, concentración de grasa y de proteína de hasta 12.9%, 12.4% y 10.4% respecto al valor de los controles.

Como conclusiones podemos mencionar que los probióticos aparecen como aditivos alimentarios prometedores, son de origen natural y generalmente se consideran seguros para los animales. Además, pueden tener el potencial para mejorar el rendimiento y la salud de los rumiantes. Sus efectos podrían estar relacionados para mejorar la digestibilidad de los nutrientes, estabilizar ecosistema ruminal, estimulando la respuesta inmune y aumento de la producción de leche en animales lactantes. Siendo pragmáticos, los efectos de los probióticos suelen ser más marcados cuando los animales están sometidos a algún tipo de estrés o se encuentran en condiciones higiénico sanitarias deficientes. En este sentido, pueden esperarse respuestas más claras en las primeras semanas de vida de los animales, especialmente en el destete, en situaciones de grandes demandas nutritivas como en las primeras fases de la lactación y en cualquier situación en la que la flora del tracto digestivo se vea alterada, como, por ejemplo, cuando se producen cambios bruscos en la alimentación, administración de dietas con un elevado contenido en concentrados, cambios de alojamiento, transporte de los animales y condiciones climatológicas adversas.

Referencia: Edición No. 109 revista AGRO REGIÓN.